Se trata de un edificio construido en madera, del mismo tono y dureza de los que sustentan la ciudad en su abrazo. Se encuentra en una amplia plataforma, sostenida por tres de estos árboles. por su borde, una barandilla de algo más de un metro de altura previene de caidas.
Desde fuera, se distinguen 2 plantas y un tejado inclinado. Solo la primera está abierta al público. La puerta es de madera de ébano, muy oscura y brillante por el barniz. En cada pared del edificio, hay cuatro ventanas, dos en cada piso.
En el interior, las mesas se distribuyen alrededor de una viga central, que sostiene toda la estructura. Los parroquianos suelen alborotar todo el día la taberna, charlando, pidiendo más cerveza, cerrando tratos o divirtiendose. El lanzamiento de cuchillo es particularmente popular, y se suelen hacer buenas apuestas. A la izquierda del local, hay un mostrador grande, cuyo interior se encuentra lleno de barriles, vasos, jarras, etc...A la derecha, otro mostrador, más pequeño, en el que dos o tres personas atienden a aquellos que reclaman un pedido del tablón, al fondo de la sala, frente a la entrada.
A la derecha de la entrada, hay unas escaleras, que llevan al almacén y a las dependencias del director. Además, se encuentra una trastienda en la que se cierran tratos privados. La escalera suele estar vigilada por un hombre calvo, alto y musculoso, con constante cara de enfado, y enormemente silencioso.