Destacando en la plaza, se trata de un enorme edificio construido con el mismo tipo de piedra que compone la ciudad, es decir, marmol blanco, pero con diversos detalles que lo dotan de elegancia. Desde fuera, se pueden apreciar dos pisos, el más alto con un balcón que da al exterior. La puerta es grande, y el marco está disimulado mediante dos columnas de unos 3 metros de alto. Es de madera marrón oscuro, barnizada y muy bien cuidada, adornada con relieves florales.
Una vez en el interior, se da a un corredor recto, con diversas puertas, pero a las que solo puede acceder el personal y los actores. Al final del corredor, custidiado por una puerta identica a la de la entrada, pero más pequeña, se accede a la zona en la que se dan las actuaciones.
El interior de la gran habitación también está hecho de marmol blanco. El escenario, de este material, tiene forma semicircular, y trás él, se encuentra una gran cortina de terciopelo rojo. Además, otra cortina idéntica suele mantenerlo oculto hasta el momento de la actuación.
En la planta baja, blancos bancos se encuentra dispuestos en semicírculo, alrededor del escenario, cada vez más abajo según se va acercando al escenario. A ambos laterales de la entrada, dos escalinatas dan acceso al piso superior. Este está conformado por un sistema de bancos igual, frente a el escenario, y cuatro balcones independientes, dos a cada lado del escenario, para los visitantes de importancia.
Por último, existe un tercer piso, compuesto por un sistema de andamios, y solo accesible desde detrás de la cortina. Este último se usa para el mantenimiento.
La iluminación se controla de forma mágica.
