Tras atravesar el portal...

Oscuridad...no había nada más en ese lugar...¿donde estaba?...Caída...lo único que había era oscuridad y solo un pensamiento me venía a la cabeza...¿Donde estaba ahora aquella humana tan importante?...Andaba con Alex y de pronto...paso esto pero...¿porque?¿Había muerto?¿Qué es esta sensación? Me sentia vivo pero...

¿Se ha...acabado todo?

Entonces me percaté de algo, mis ojos...estaban cerrados, los abrí en aque momento y para mi sorpresa...No se veía nada, no era una nada blanca ni una nada negra, era nada, una sensación extraña, creí haverme quedado ciego pero...no me sentía inquieto, estaba a gusto, me encontraba bien...

De pronto esa sensación desapareció, como si hubiese caido de cabeza en un enorme lago, mis ojos podían distinguir imagenes, ya no era aquella sensación, notaba que mi cabeza chocaba contra el aire y que me iba a chocar con el suelo. Lo que pude ver en la caída era simple, cesped, tierra y una figura humana...probablemente femenina. Me asusté, caia demasiado rápido y desde demasiada diatancia, solo podía liberar la adrenalina del momento con un fuerte grito...

¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!!

Entonces choqué contra el suelo, fue doloroso, solte un corto grito, muy corto, apenas fue un potente quejido, estaba boca abajo acostado en el suelo, y cuando levante la cabeza...

¡¿Jen?!

Solo al verla mis ojos se humedecieron, me levanté muy rapidamente, me quedé tieso ante ella sin saber que hacer ni que decir, solo me limpié los ojos, estaba tremendamente feliz. ¿Donde estaba? No lo sabía, pero estaba con Jen, era lo unico importante, ella estaba con la mirada perdida, tan bella como siempre la ví, no pude aguantar más, en ese momento la abracé fuerte, muy muy fuerte, palabras salían solas de mi boca...

Jen...Jen...Te amo..te amo...te amo...porfin...

Unas pocas lágrimas resbalaban por mis mejillas.

Observé como Jen avanzaba corriendo hacia mi... El abrazo, me hizo sentir infinitamente bien, ella me quería y yo estaba muy feliz por ello. El momento de su abrazo solo lo disfruté, me encantaba estar así, ella acariciaba mi espalda con sus manos, era genial, de verdad me gustaba. Mientras nos encontrábamos así me preguntó si me encontraba bien, era normal, estaba llorando, pero era de felicidad, así que le conteste, con pocas palabras, pero lo hice:

Si...si...no pasa nada, solo es que...estoy feliz...

Seguí sollozando, aunque un poco más calmado, siempre me ocurría con Jen, siempre conseguía sacar las lagrimas que llevaba dentro, fuesen de tristeza o de felicidad, sentía que con ella, podía llorar, que no había problema. Sentí su corazón al encontrarme en aquella posición, latía rápido, era cómodo, muy cálido, entonces sentí algo...extraño, era el lazo de mi muñeca, era calido y tenia fuerza, se sentia bien, era una unión especial con Jen. Aquel lazo fue un regalo que le hice, era un simbolo, algo realmente importante de verdad, nunca me lo quitaba, ni quito, significaba algo de verdad.

Me quedé abrazado a ella, acariciandole la espalda, mis lagrimas cesaron y una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, en ese momento, sin dejar de abrazarla, me alejé un poco y la miré a los ojos, entonces me dispuse a besarla y cerré los mios.

Mi nariz rozó con la suya, ahí iba, un beso suyo, era de lo que más ganas tenía en aquel momento, con Jen, ella y yo solos en un bosque, sin nadie más, casi parecía un sueño. Las hojas de los arboles se mecían provocando un agradable susurro, a lo lejos se podía escuchar levemente el fluir de un rio, y el césped bajo los pies producía un ruidillo que me llenaba de comodidad. Mis manos estaban en su cintura, y...justo cuando creí que iba a besarla ella se apartó haciendo que abriese los ojos como platos, a veces me hacía eso, era divertido, en ese momento me limpió las lagrimas con una sola mano, se sentía bien, entonces la miré y habló, no me preguntaba si me encontraba bien por el llanto, sino por el golpe que recibí momentos atrás, entonces giré mi cabeza mirando al portón, la verdad es que había sido un golpe muy grande.

Esperé a que terminase de hablar, seguramente ella también habría caído desde esa gigantesca puerta, debió de haber sido un enormísimo golpe, podríamos habernos roto tres o cuatro huesos, tuvimos suerte de que no nos pasase nada. A decir verdad nos tendría que doler mucho, una caída así no era moco de pavo y mi cuerpo parecía no sentir dolor alguno, era algo verdaderamente sobrenatural.


La verdad es que ha sido un golpe de los gordos, hemos tenido suerte de no rompernos nada, aunque es raro que yo tampoco sienta dolor alguno, uhm... - Después de eso la miré de arriba abajo.

En ese momento Jen giró la cabeza observando aquel bosque de magnitudes increíbles, era realmente impresionante, el lugar donde siempre soñé estar, era algo...que no podía describir con palabras. Ella me apartó para poder ver el portal y comenzó a andar en círculos, parecía nerviosa. Me preguntó como había llegado, ella no estaba segura, dijo que salió a correr, pero que no recordaba nada, en ese momento dijo algo que me preocupó, estaba asustada, tenía que hacer algo para que se sintiese mejor, le diría lo que yo recordaba.

Yo tampcoo recuerdo muy bien lo que pasó, se que me colé por algún sitio y que pasé un montón de tiempo en una especie de...no se, nada, no había nada en aquel lugar y estaba flotando...Argh, que cosa más rara, pero tranquila, estamos en un bosque magnifico, hemos salido por esa enorme puerta, para mí, todo apunta bien Jen, estate tranquila... - Dije mientras me acercaba a ella y la abracé por la espalda.

Jen parecía bastante nerviosa, a veces se ponía así, y la verdad, era para estarlo, todo aquello era muy extraño, pero por alguna razón yo estaba tranquilo, nada nervioso y muy a gusto, era una sensación...única. Jen parecía muy nerviosa, parecía no creer que tampoco a mi me doliese, gritaba, me agitaba y apretaba en los hombros, me insistía en si de verdad no me dolía, era gracioso, tenía que tranquilizarla, reí un poco por la situación y enseguida respondí.

Jajajajaja, si, estoy bien, tranquila. - Dije con una amplia sonrisa.

En aquel momento pasó algo que no esperé, me besó lenta y dulcemente, cerré los ojos, sus besos eran la mejor sensación que cualquiera podría desear, fue como si se parase el tiempo en aquel instante, deseaba ese beso con todas mis ganas, y al final se cumplió. Poco después se giró y empezó a andar rápido, yo la seguí, le noté que las manos le temblaban, no pude verle nada más ya que solo la veía de espaldas, iba un poco más lento que ella andando. Enseguida empezó a correr, se notaba que estaba preocupada, yo espere un momento más antes de correr yo también.

Íbamos los dos corriendo, en un bosque, yo un poco atrás de donde ella estaba, me pareció extraño que reaccionase de aquella manera, corriendo, pero claro, en esa situación todo podía ocurrir, esperaba que no se hubiese olvidado de que yo estaba allí, en mi rostro no se dibujaba un rostro alegre, ya que pensé que podía estar mal...


"¡¡Vamos, vamos!!"

Lo dijo con un tono de voz que hizo que mi sonrisa fuese muy amplia, aumenté el ritmo hasta alcanzarla y estar al lado suya, noté que corríamos por un camino de tierra, salía un poco de polvo atrás nuestra debido a nuestro ritmo. Cuando estuve a la misma altura que ella aún estaba con plena vitalidad, ya que no me faltaba la respiración y mi ritmo cardíaco era bueno en aquel momento pregunté.

¿A donde vamos? - Dije controlando la respiración para aguantar el máximo tiempo posible en carrera.

Primero esa luz de color blanco lo había envuelto a todo y ahora, lo único que podía distinguir a su alrededor era una oscuridad absoluta. Nadie, absolutamente nadie se encontraba junto a él y el silencio era de lo más aterrador. ¿Dónde se encontraba? ¿Estaría soñando o tal vez...? No, era imposible. Se llevó una mano al pelo mientras lo revolvía intentando pensar en ese sitio en el que se hallaba, o más bien, intentando recordar porque estaba allí pero nada. Las últimas imagenes antes de caer ante tal ''sueño''. Aunque no es que durase mucho tiempo allí. Una fuerte sacudida hizo que cayese al suelo practicamente de culo y después, nuevamente esa luz los dislumbró por completo, cegandolo más aún. Sus ojos no aguantaron tal luminosidad y para cuando se quiso dar cuenta...

...ya se había despertado. Sus párpados se abrieron de manera sobresaltada y su cuerpo hizo el mismo movimiento. Yacía en el suelo sentado, en un prado bastante verde. No conocía ese sitio, es más, no recordaba ningún lugar con esas magnitudes tan... gigantescas. Intentó levantarse, pero se tambaleó un poco llevando su mano derecha a la cabeza. Se había dado un buen golpe en la misma y no sabía bien el porque.

-¿Dónde estoy?

Murmuró para si mismo más que para los demás aunque tampoco hubiese habido diferencia. No había nadie, absolutamente nadie alli. Estaba totalmente vacio. Continuó andando hasta que se giró y vió un gran portal. Aún sin comprender demasiado lo miró sorprendido. ¿Qué hacía una cosa como esa en un lugar como ese? Es más... ¿qué hacía él allí? Eso no era su Tokyo natal... Y cayó en la cuenta de que ya no se encontraba en ese sitio. Fue ahí cuando los miedos comenzaron a invadirle el cuerpo. Si no estaba allí... ¿dónde estaba?

Desesperado, miró a ambos lados nuevamente. Nadie, no había nadie alli. ¿Dónde estaba la gente? ¿Dónde estaba él? Corrió hacia ese gran portal aún con su equipo de entrenamiento colgado al hombro y apoyó los puños en la gran puerta. Nada, tiró de ella pero no parecía abrirse. Según recordaba vagamente... por allí había entrado y si había entrado podría salir, ¿no? Empezó a pegar fuertemente

-¡Abrid! ¡Abrid la puerta!

Pero de nada sirvió. Continuó pegandole fuerte, incluso se hacía daño pero estaba ya desesperado por salir de allí

Corría por el bosque junto con Jen, nuestros pies golpeaban el suelo rapidamente devido al ritmo que llevábamos, era un ruido agradable, no sonaba como el asfalto de las ciudades, no, sino que sonaba a tierra humeda, a frescor y a la propia naturaleza. Sentía la mano de Jen cogiendo la mia propia, era calida y agradable, una de las mejores sensaciones que mi cuerpo podía experimentar. A mis oídos llegó una respuesta de Jen que hizo que sonriese e incluso riese levemente entrecerrando los ojos, sin embargo, poco después ella rectifico la respuesta, haciendo que pareciese más logica, eso me hizo sonreir más fuerte.

!Cuidado! - Dije muy alertado al ver un arbol que iba a impactar contra Jen.

Jen paró el impacto con las manos, pegó un grito al que to reaccioné poniendo una cara de sufrimiento y yendo a atenderla lo más pronto que pude. Pero en ese mismo instante Jen puso una enorme cara de asombro, la que hizo que me cogiese la mano y, volviendo a correr señalase al frente.

"¡¡Otro portal!! ¿No es muy extraño? Espera... Creo que hemos andado en círculos. ¡¡Yo siempre había tenido buen sentido de la orientación!! Este sitio está maldito Eddy."

Justo después de decir eso empezó a golpear su cabeza contra un árbol, yo empece a reír a pleno pulmón, habíamos estado dando vueltas en círculos en ese "sprint". La verdad esque no me importaba lo más minimo, estar con Jen en aquel momento era lo único que deseaba. Teníamos frente a nosotros otra vez aquel portal pero...había algo extraño, un chico rubio golpeaba la puerta desesperado...Me fijé muy bien en él, llevaba un arco y un carcaj, era un arma, una amenaza para Jen y para mí, había que estar precavidos.

¡Agachate! - Dije aceleradamente y susurrando, por si acaso aquel chaval nos oía.

Cogí a Jen por los hombros e hice que se agachase conmigo y se escondiese junto a mi detrás de unos arbustos, lo más seguro era esperar a ver los movimientos de aquel chaval extraño. Mi corazón iba a mil por hora, mis manos estaban en garra y me encontraba preparado para cualquier acción defensiva que se me pudiese ocurrir...En ese momento algo ocurrió en mi interior, una parte de mi estaba contenta, alegre e incluso eufórica, mi ceño se frunció y mostré una enorme sonrisa que distaba mucho de ser sana.

Mantente en guardia, quien sabe lo que puede pasar...Va armado. - Dije señalando al chico rubio.

Mientras, escuchaba que sus potentes gritos, pedían que la puerta se abriese.

Sus gritos, golpes... todo, realmente todo fue en vano. Ese portal no cedía ante él y por mucho que rogase no parecia encontrar un método por el cual supiese donde se encontraba. Apoyó los puños en esta y se dejó caer al suelo, hasta acabar de rodillas en el mismo. Con los ojos bien cerrados y apretando fuertemente la mandíbula, intentaba hallar una forma de calmarse pero era bien dificil. Sus pensamientos le daban a entender que estaba secuestrado en algun lado... Cuando cayó en ese detalle, empezó a revolver sus bolsillos con ansiedad hasta que sacó todo su contenido: un móvil, las llaves de su casa, la cartera, esas monedas y una funda con las gafas que siempre llevaba. Suspiró aliviado pero después su mirada volvió a estar seria. Tenía todos sus objetos personas, por lo que no le habían robado. Tomando uno de ellos-el móvil más conrcetamente- una vaga esperanza de poder llamar a alguien y salir de allí de inmediato. Inútil. Por más que tecleó aquellos botones no surtía ningún efecto. Allí no había cobertura y eso hizo que apartase el aparato de su vista, lanzadolo unos cuantos metros de él. Eso no podía estar pasando. Cada vez la situación empezaba a torcerse cada vez más.

Sin saber bien porque escuchó algo a su espalda. Eran susurros... ¿del viento, quizás? No podía moverse, es más permaneció mucho más que estático que antes, cual estatua de mármol en un museo antiguo. Continuaba escuchando esos sonidos tan extraños y fue girando lentamente la cabeza, dirigiendola a ese bosque con esas magnitudes tan grandes. Una gota de sudor recorrió esa pálida piel. Su sentido de alerta se activó mucho más rápido, más bien fue por instinto ya que lo que sucedió a continuación pasó de manera tan rápida que no tomó apenas segundos. De la nada, o más bien, de esos arbustos una chica de cabellos color chocolate apareció. Su pregunta no la pudo escuchar. ¿Por qué? Porque antes de que ella acabase de interrogarle, él ya se había levantado y sacado de su carcaj aquel arco suyo mientras apuntaba a la chica con una flecha que parecía estar de lo más afilada. Sus reflejos eran rápidos y aumentaban más cuando se sentía así de ''amenazado''. No conocíaa a la chica y en ese lugar... podría ser cualquier cosa.

-¡Aléjate! Un paso y más y adios -alzó la voz tensando más el arma pero sin llegar a disparar en ningún momento. Estaba bastante nervioso aunque su pulso era bastante estable y no temblaba ni nada. Además, no sería capaz de matar a nadie, solo amenazaba para sentirse más ''protegido''. Achicó los ojos, clavandolos en la figura de la muchacha. Hablaba su idioma por lo que podía estar en su misma situación pero ¿y si era una trampa? No podía dejarse engañar. Tragó salvia con nerviosismo y prosiguió- ¿Qu-quién eres tú y qué es este sitio? ¿Por qué me habeís traido aquí?

Mi corazón latía a gran velocidad, estaba agachado de cuclillas en el suelo, preparado para salir corriendo en linea recta a gran velocidad en el momento que fuese preciso. Mis manos rozaban el suelo, apoyando los dedos ligeramente en este, como siempre que me ponía tenso, en forma de garra. Una enorme sonrisa de inquietud seguía bañando mi rostro al observar a aquel muchacho, para mi sorpresa Jen estaba muy tranquila...

"Habla castellano por lo que veo, realmente estamos en Alicante."

Parecía muy segura de lo que decía, sin embargo yo seguía sin pensarlo, en Alicante no había un bosque así, era algo realmente imposible, ni siquiera estaba seguro de que en alguna parte de España hubiese un solo bosque de tamaña frondosidad. Estaba demasiado segura de si misma, e incluso sonreía, eso no era bueno...En un momento hizo algo completamente inesperado, Jen salió corriendo hacia aquel chico, me pareció algo que realmente estaba fuera de lugar...

"¡¡Hey!! ¡¡Perdona!! ¿Podrías indicarnos dónde estamos?¿A dónde lleva esa puerta que quieres abrir?"

Mi reacción fue de alerta máxima en cuanto vi la forma en la que Jen actuó, no pude evitar pronunciar su nombre con un susurro alertado lleno de nervios a modo de llamada, pero ella siguió avanzando...De pronto ocurrió algo que yo hubiese deseado que nunca hubiese ocurrido...o quizás sí...Mi sonrisa cada vez era más grande, sentía esa emoción, ese calor inapagable en el pecho, esa sensación de la adrenalina corriendo por mis venas, era una situación inigualable. El chico apuntó con el arco a la persona que yo mas apreciaba en todo el mundo, sin pensármelo dos veces salí corriendo lo más rápido que podía de los arbustos para envestir al chico...o recibir su flecha en lugar de Jen.

¡¡¡VROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEE!!! - fue lo único que grité para que el arco pasase de apuntar a Jen a apuntarme a mi.

Cuando estube lo suficientemente cerca me posicioné delante de Jen, sin embargo, no detuve mi macha, estaba plenamente decidido a tirar a aquel joven al suelo, esto se iba poniendo emocionante...

No me acuerdo de que me trajo a éste lugar, hace ya largo tiempo que no pasaba por aquí.. Ah sí, ya lo recuerdo, estaba de paso, como suele suceder. Lo normal era el silencio, el viento ondeando las ramas de los árboles, algun que otro animal paseando.. Cuando, de repente, un grito sonaba en el aire. Deduciendo su dirección, me dirigí hacia allí, curioseado por el que echase ese grito. No era demasiado corriente que alguien gritase por estos lares, pero ya que me pillaba de paso, no perdía nada por investigar...

Tras llegar a la zona mas cercana, me escondí tras unos arbustos y simplemente observé la escena: Había un joven armado con un arco, tembloroso, apuntando a otros 2 chavales, un chico y una chica, la cual estaba temblorosa en el suelo, seguramente temerosa de lo que pudiese ocurrir. La chica gritaba sin cesar "Edd", seguramente refiriéndose a aquel otro chico que se cernía celéricamente hacia el primero, con dios sabe cuales intenciones. Me moví cautelosamente hacia la chica, sabiendo que le causaría algun susto, cosa que me daba igual. Al llegar hasta sus espaldas, le susurré..

Tranquila, intentaré evitar un desastre. Confía en mí

Me coloqué en posición, saqué mi lanza, mientras observaba la escena, esperando el momento oportuno. Pasados unos instantes, salí de un salto de mi escondite, armado con la lanza, y corrí hacia el muchacho que no paraba de gritar algo así como Vrrrooeee, para, agarrarlo por sus prendas y hacerlo retroceder aprovechando la fuerza centrífuga, dando la posibilidad de que cayése al suelo.Seguidamente, miré detenidamente al muchacho y a la chica, para finalmente mirar al joven del arco.Eché un suspiro..

Aqui nadie es enemigo de nadie, así que estáos todos quietos.Para empezar pido disculpas por mi intromisión, los gritos me hicieron curiosear. Segundo, a poder ser todos guardemos las armas.. - Seguidamente guardé de nuevo mi lanza en la espalda, como la llevaba de costumbre

Vamos a calmarnos todos, ¿vale?

Esperé una respuesta por parte de aquellos chicos, que parecían con ganas de pelear, aunque lo primordial era evitar heridos en ese momento.

Los segundos pasaban más que lentos y la flecha que apuntaba a la chica no cambiaba de dirección. No quería tener que dispararle y así herirla por completo, puesto que no era su intención ni dañar ni matar a esa persona. No era un asesino ni tampoco pretendía serlo pero que apareciese tan de repente y en un lugar como ese pues no daba demasiadas buenas vibraciones. Aunque temblaba de manera algo leve, cada vez el nerviosismo podía con él. Las facciones de la chica y sus gestos le daban a comprender que no pretendía buscar peleas y lo único que quería era hablar. Se destensó él un poco, aunque no por eso hizo lo mismo con su arco.

Pretendía escucharla puesto que ella también mostraba en su mirada esa sensación de inseguridad y de sorpresa. Las supuestas teorías de que alguien había traído a esa chica allí también comenzaban a aumentar, por lo que, mateniendo las distancias podría confiar en ella. Todo fue lo que pensaba hasta que en ese instante, escasos minutos después de que apareciese la joven de cabellos castaños, un ruido de lo más alto lo alertó de una manera sin igual. Puso alerta de nuevo todos sus sentidos y había que admitir que se asustó debido a que no se lo esperaba. ¿Era una trampa que pretendía distraerlo? De los arbusto apareció otro chico más, causa y fuente de la que había salido ese grito. Sería normal y no hubiese ocurrido absolutamente nada de no ser que comenzó a acercarse rapidamente hacia él, como si quisiera derribarlo

Por primera vez en su vida, el pulso del muchacho rubio empezó a temblar. ¿Pero quién era ese chico y por qué hacía eso?- ¡Aléjate o disparo!-gritaba alto para que lo escuchase bien pero no parecía surtir efecto. Ese muchacho cada vez acortaba los metros que los separaban e introducía mayor miedo en el chico- ¡He dicho que te alejes!-cerró los ojos y sin darle tiempo a controlarse, disparó esa flecha que llevaba tanto tiempo tensando. Se podría decir que fue en un acto de defensa y miedo. No sabía exactamente a que parte del cuerpo del chico había ido a parar pero esperaba no dañarle gravemente. Finalmente el camino que recorrió la flecha no obtuvo graves consecuencias, sino que acabó rozando el cuello del muchacho a modo de advertencia.

Al abrirlos, pudo ver donde esta había impactado y como ese chico continuaba avanzando hacia él pero Satsuki estaba algo pillado por la acción que acababa de cometer. Su mirada temblaba y estaba algo estático pero sin dejar de mirar al frente. Había disparado a un ser humano y nunca antes había hecho tal cosa. De pequeño y desde que había empezado a practicar dicha disciplina deportiva le habían instruido en no atacar a nadie con su arco y ahora, lo acababa de hacer. Al ver como continuaba, reaccionó y al momento de querer coger otra flecha, otro personaje salió de la nada. Detuvo al ''chico-embestida'' y lo tiró al suelo mientras rogaba a todo el mundo que se calmase. ¿Pero de dónde había salido este personaje ahora? Cada vez flipaba más. Finalmente, dejó la flecha en su sitio pero no por ello guardó el arco. Tan solamente lo acercó a sus piernas en cuanto dejó caer el brazo y miró la situación. Ahora ya no eran dos personas, sino tres y como esperaba, la chica solo buscaba paz ya que su comportamiento actual no mostraba síntomas de querer atacar. Yacía en el suelo de rodillas mientras temblaba. En cambio, de los otros dos chicos... uno de ellos le mostró que quería atacarlo, sin embargo el otro lo detuvo. ¿Debía fiarse?

-¿Quién eres tú?-su pregunta era más que típica pero necesitaba saberlo. Iba dirigida al último muchacho que había entrado en acción. No pudo evitar sentirse mal al ver a los otros dos. Tragó saliva y dio unos cuantos pasos hacia detrás a modo de cautela, dirigiendose hacia donde estaban sus demás objetos personales, entre ellos sus propias gafas. Quien sabe si las necesitaría pronto o no y era mejor estar cerca por si las moscas

Iba en plena carrera, mi adrenalina iba aumentando cada vez más, no podía resistir más aquello, esa embestida ya no era por protegerme a mil mismo, y aparte de por querer proteger a Jen también lo hacía por ansia de violencia, era mi otro yo, ese ser violento y sanguinario. Mientras iba corriendo no escuchaba nada, solo el intenso latir de su corazón, en ese momento...algo inesperado currió, alguien lo sujetó de la pechera de su camiseta haciendo que cayese al suelo, fue algo que le hizo calmarse, aunque seguía tenso. Cuando calló al suelo lo primero que hizo en un acto reflejo fue quitarse la camiseta por la que le evitaron asestar aquel golpe.

Vi algo que me partió el corazón en dos, metros mas atrás estaba Jen, llorando, arrodillada en el suelo, la verdad es que la situación era enormemente fuerte, era normal que ella reaccionase así...Sin dudarlo dos segundos y sin camiseta, corrí a cuatro patas a toda prisa hasta Jen, las palabras que sonaban de fondo no me importaban, ni siquiera escuchaba lo que querían decir, no me importaban en absoluto, yo tan solo quería apoyar a Jen.

Jen, Jen tranquila, todo ha pasado, no pasa nada... - Dije mientras la abrazaba con mi cuerpo desnudo.

Obervé al nuevo joven que llegó allí, no parecía mucho mayor que yo, sin embargo, con una musculatura notable. Levaba una lanza a la espalda, y el chaval rubio bajó el arco, quizas me había precipitado y había ido demasiado rápido.

Parecía que tanto el joven del arco, como el chico gritón, que por lo visto estaba herido por una flecha que a duras penas pude divisar, que, por suerte, no llegó a alcanzarle plenamente, a lo que acto seguido se postró a 4 patas y corrió a abrazar a la chica. Esta, seguía temblorosa en el suelo, era normal, pues que alguien te apunte con un arma no es muy alentador que digamos...

Seguidamente, volví a hacer una última repasada a la escena: Un joven de rubios cabellos de pulso tembloroso armado con un arco, un chico que solo gritaba y era más nervioso que según que cosas y una chica, que al parecer era la víctima de la escena. Cuando miré de reojo a la chica, pude oír un "Gracias" a lo que la respondí con un gesto de afirmación con la cabeza. Me sentía bien, parecía que la cosa estaba solucionada. El joven con arco, entre una mezcla de curiosidad, y quizás miedo me preguntó..

¿Quién eres tú?

Yo no respondí a la pregunta, no era costumbre mía dar nombres. Podría mentirles, pero tampoco era mi costumbre mentir. De nuevo, y esta vez por curiosidad, miré a la chica y a su acompañante. Me acerqué caminando hacia ellos. Podía ver la herida del chico, a duras penas era un roce, pero seguro que le escocería. Quizás usando las llamas del fénix podría sanarle la herida, pero eran absolutos extraños, eran casi niños, que por alguna razón, habían llegado hasta aquí. Me volví a girar hacia el joven del arco, perfectamente conocedor de que podría arrepentirme de mis palabras..

Se me conoce como Burning Soul. Tu llámame como gustes.. - Volví a mirarles a todos - ¿Cuáles son vuestros nombres, y que hacéis en estos lares? - La verdad sentía curiosidad. Un joven sólo con un arco en aquel paraje, y una pareja de jóvenes desarmados también en esos lares. Lo único que se me pasó por la cabeza, era imaginar la inmensa locura que estaban cometiendo.. era evidente que no eran de por aquí, a lo que, seguidamente y antes de cualquier respuesta les pregunté..

¿De dónde procedéis?

Había pasado todo tan rápido que le parecía del todo imposible o mágico. Ya se habían calmado los ánimos y aquel chico embestida, al ver a la otra muchacha así de decaída no dudó en acudir a ella y atraerla junto a él. Correspondieron mutuamente a lo que él no pudo evitar apartar la mirada. Si hubiese acertado de lleno ya esa escena no podría observarla nunca más. Apretó con fuerza su mano izquierda, justo la que no tenía su arco y seguidamente después la mandíbula. Eso, irremediablemente le hizo recordar a cierta persona y sus ojos se abrieron como platos. Si él estaba allí... ¿dónde se encontraba su querida hermana?

Escuchó a lo lejos la presentación del nuevo personaje. Un nombre bastante raro para estar en el lugar donde, supuestamente, donde creía que se encontraba. ¿Sería un apodo? Si, sería eso lo más probable porque sino no entendería nada de nada. Pasó una manga de su sudadera pro su frente para apartar restos que pudieran despues dificultar su vista. La siguiente pregunta le hizo dejar de retroceder y mirarle fijamente pero de lo más serio. A lo que después, con su último comentario, hizo que parpadease sin comprender demasiado. Toda su atención se fijó en Burning Soul dejando a la parejita atrás. Él parecía tener las respuestas a todas sus preguntas

-Me llamo Satsuki Saehara. Y estaba justamente en las calles de Tokyo hasta que me desperté aquí. No diré más hasta que no me expliques de una vez donde me encuentro y quien nos ha traido aquí-comentó más que serio, sin titubear y señalando a los otros dos con la mirada para hacer referencia a la parejita

Sin dejar de abrazar con mucha fuerza a Jen y la miraba con una enorme calidez en los ojos, la cual intentaba mostrar simplemente para su propia tranquilidad, escuché los comentarios de los dos presentes. El de pelo rosado tenía un nombre curioso "Alma Ardiente", pensé que era muy probable que se tratase de un pseudónimo, ya que no era muy probable que existiese un nombre real que fuese aquel. Justo después de presentarse nos dirijió unas palabras al resto de los presentes, preguntando de donde veníamos y que nombre portábamos.

El chico rubio se presentó, en ese momento mis parpados no pudieron evitar separarse lo más posible el uno del otro. Aquel chico tenía un curioso nombre, ahora que se fijaba, sus rasgos no parecían caracteristicos de España, pero hasta ese punto... Ese chico decía ser de procedencia japonesa, pero, entonces...¿como es posible que hablase español? No era solo que supiese hablarlo, es que sus primeras palabras al referirse a Jen y mientras golpeaba la puerta eran en japones, si simplemente supiese español lo normal sería, que por inercia hablase su idioma natal...

Me llamo Eddoward, ella es Jen, somos de Alicante, España. - dijo mientras rozaba la piel de Jen a modo de caricia para mostrar su afecto y seguridad.

Las palabras que pronuncié fueron con una voz muy grave, la voz que ponía en ambientes algo tensos sin que diesen lugar a conflicto. Mi voz imponía, si se provocaba el minimo movimiento de ataque por parte de alguno de los chavales mi voz cobraría una tonalidad rota, más siniestra y agresiva, saldría mi otro yo.

Exijo la misma información que Saehara. - dije con el ceño fruncido y una voz muy seria y firme.

Esto... esto era una broma bastante cruel, ¿no era así? ¿Cómo podía estar pasando todo aquello? Es decir, no hacía ni media hora que se encontraba paseando tranquilamente por su ciudad y ahora se encontraba allí con una panda de extraños que no hacían más que formular respuestas raras. ¿Cómo cuales? La siguiente que dio ese tal Edd, el chico de la embestida. ¿Qué eran de dónde? Jamás, pero nunca en su vida había oído hablar de ese sitio del cual decían proceder tanto él como la muchacha, de nombre Jen. Que nombres bastante... curiosos, por así decirlo de alguna manera. Los examinó con la mirada no sin dejar de estar alerta. No parecían tener rasgos japoneses y mucho menos asiáticos. Cada vez más sus dudas aumentaban a una velocidad francamente rápida.

El grito de la tal Jen hizo que la mirase ahora solamente a ella. ¿Pero qué tenía de raro eso? ¿No es acaso de donde preocedían? Porque si no eran de allí... Aunque fue escuchar su comentario lo que hizo que una gota cayese de su frente. Se estaba empezando a desesperar, es más, incluso pensó que su sana mente se volvía turbia en cuanto a locura se refería. ¿Cómo que si era ese nombre era suyo o un simple nick? ¿Qué si le gustaba el anime? ¿De qué diablos hablaba?

-¿Pero de qué hablas? No es un nick, es mi nombre real-un atisbo de enfado se mostró en aquellos y grandes azulados. Carraspeó - ¿Acaso lo tuyo es nombre o qué? Nunca había oído los vuestros... ¿o es que me quereís tomar el pelo? ¿No os conformaís con todo lo que vivimos ahora o quereís más?-revolvió su cabellera rubia, quitando algunos mechones de aquella cola alta que llevaba en la parte superior. Sin perder ningun minuto en distraerse, se agachó hasta donde se encontraba su cartera, como si allí hubiese algo importante. Nada más sacar lo que quería, se lo mostró de lejos; era su identificación personal-A mi no me vengas con estupideces

No es que sonriese, pero por lo menos él no mentía en ese asunto. Cuando hubo zanjado aquello, se giró hacia ''Burning Soul'' esperando una respuesta clara. Pero obtuvo algo que no se esperaba y del asombro perdió la capacidad de coger las cosas y ese carnet cayó al suelo. La mirada, todo su cuerpo temblaba por puro...¿miedo? ¿Cómo que no se encontraban en Japón? ¿Y qué era eso Auntermian? ¿y... no poder volver?

Su mirada se llenó de seguridad mezclada con enfado y desesperación. Sin dejar de soltar su arco caminó practicamente a zancadas, grandes pasos acortando las distancias que separaban a los dos chicos partícipes de la conversación. A pesar de que le estaba respondiendo a sus preguntas y demás curiosidades, Satsuki no prestaba atención a sus palabras ni a su ayuda. ¿Por qué? La imagen de una niña de mirada se había mostrado en su mente y eso era razón suficiente para hacer lo que haría a continuación. Y fue justo acabar de hablar él, cuando el muchacho de cabellos rubios lo tomó por los hombros. Con una voz desesperada a más no poder, habló

-¿Cómo que no puedo volver? ¡Tengo que hacerlo! ¡Mi hermana me está esperando en casa! No sé que eso de Auntermian, o como se llame pero ¡regrésame al lugar del que vengo!-lo zarandeó un poco y cada vez alzaba más la voz con un tono que iba llegando a sus límites y eso estaba provocando que no escuchase nada... sobre todo eso último de las bestias que rondaban por allí