El duelista es un controvertido individuo que apareció por estas tierras varios años atrás. Como bien su sobrenombre indica, se ha dedicado a retar a duelo a cualquiera que tuviera aspecto de resultar un combate interesante. Alrededor de su nombre, numerosas historias y romances han surgido, algunos odas y otros cantos a sus combatientes vencidos. Lo que está claro, es que su espada jamás ha caido frente a la hoja de otro enemigo.
Es un hombre de rasgos llamativos. Su mentón coronado por una perilla y un pequeño y puntiagudo bigote sobre los finos labios. Nariz chata y aguileña, bajo unos ojos grises como dagas y pelo grisáceo oscuro, un poco descuidado, aunque no demasiado largo, no más allá de la mandíbula. Su cara es algo afilada, y se puede notar parte del peso de los años en forma de pequeñas arrugas y marcas de expresión. Es un hombre delgado, pero de musculatura fibrosa, bastante ágil en realidad, y sin duda un duro combatiente. Su indumentaria recuerda a la del siglo de oro español. Viste sombrero de ala ancha verde oscuro, media capa del mismo color, cayendo y cubriendo el lado izquierdo de su cuerpo. Un chaleco marrón de cuero, sobre una camisa blanca y pantalones, también de cuero, y de color marrón claro. Sobre un cinto ceñido a la altura de la cadera, deja ver un estoque reposando en el lado derecho, de guarda en copa y hoja puntiaguda, carente de filo. Además, se sabe que lleva también encima una daga vizcaina y un arcabuz, siempre cargado para ser usado si es necesario. Se sabe también que tiende a imbuir sus armas con magia.
De proceder a primeras algo hosco y menospreciativo, sabe comportarse de forma educada si es necesario. Siempre trata de buscar a alguien con quién batir sus fuerzas, o quizás alguien capaz de vencerle en un duelo, mas no se conoce a nadie que hasta ahora halla logrado tal cosa. Se sabe que mantiene amistad con la cofradía de la espada.
(NOTA: Una imagen de Alatriste puede serviros para imaginar a este personaje)