Escala de grises encendida.

[Off: Más o menos a la vez que el combate llevándose a cabo en "Llegada"]

El martillo del dios del trueno emitió su rugido, golpeando el cielo con su rabioso poder. Las puertas se abrieron, y el viento movió los árboles. Era la segunda vez en el mismo día que la puerta veía llegar a un extranjero...A un humano.

En la luz, todo le daba vueltas. Veía colores, no notaba suelo...Caía, caía de forma veloz, desesperada. No sabía que era aquello...Un minuto antes caminaba, ahora, estaba cayendo... Al final tocaría suelo y vería su final. Después de tanto tiempo, no había logrado nada, nada en aquel mundo, y ahora nunca podría. Un momento antes, los curiosos lo habían visto caer, pero ninguno había hecho nada...Moría...Iba a morir...Una angustia antes nunca sufrida se hizo patente en su pecho, una opresión horrible en el corazón. Tenía miedo a la muerte...

Y entonces, tocó el suelo...Pensó que sentiría un dolor atroz, o que todo se apagaría, pero nada de eso sucedió. Estaba de pie y, al abrir los ojos y dejar que estos se recuperaran de la fuerte luz del interior, lo vió.

Se encontraba en un bosque. Enormes árboles lo rodeaban por doquier, y apenas un camino le permitía distinguir que había algo más allá de ese claro. ¿Como era posible...? Sus preguntas se vieron parcialmente despejadas, a la par que oscurecidas cuando se giró. Detrás de él, había una enorme puerta, que acababa de cerrarse con otro enorme estrépito...Casi...parecía que él hubiera salido...

Entonces...¿Que era ese lugar? ¿Acaso había muerto? Respiró...después de toda la incertidumbre y temor de la caida, volvió a respirar. Notó el aire fresco, casi hiriente, llenando sus pulmones. Respiraba...Estaba vivo...Entonces...¿Adonde había ido? Ningún lugar así podía existir...No al menos en la Tierra...

¿Esto es...? -Su frase quedó inconclusa. La palma de la mano se vió sacudida por un dolor aterrador. Ardía...quemaba...Tenía fuego en la mano...No, no había llama, pero notaba como las lenguas abrasadoras le lamían la piel...Ardía...Quemaba...Cayó de rodillas, sujetándose la mano, presa del dolor...Un grito se alzó, llamando a la piedad...

Y entonces...el dolor se fue...Sin más, desapareció.

Respiraba pesadamente, jadeaba y sudaba por la horrible experiencia. Se miró la palma. Una marca, negra como la noche, brillaba allí. Pronto, su luz de oscuridad se apagó, dejando como recuerdo una quemadura que le acompañaría siempre...¿Que era aquello? Notaba...Notaba algo raro, no sabía el que, pero no era una quemadura normal...Notaba el peso que representaba...

Una luna roja lo miraba desde lo alto, una luna diferente a la que siempre había visto. La vieja luna era fría, pequeña y gris como el acero...Aquella parecía tener vida, como un enorme ojo que le miraba, como un corazón que palpitaba...¿Donde estaba?

La luna lo tiñó de sangre.

Témar estaba intraquilo ese dia... "El portal... ¿Por que se escuchó pero no se abrió" esa idea rondaba en su astuta cabeza, no podía comprender bien lo que acababa de suceder, cuando llegaron la puerta ya estaba cerrada y no había absolutamente nada al otro lado, ni extraños visitante ni tan siquiera un objeto extraño... pero eso mismo era aún extraño que no hubiera absolutamente nada, estaba muy inquieto no podía dejar de pensar en que algo iba mal respecto al portal, tambíen... la puerta se podía haber cerrado antes de que llegaran y el ser y/o objeto que hubiera salido de el escapó... pero era poco probable, por que aunque no estubieran allí en el momento, no tardaron demasiado en divisar el portal a lo lejos... por que este no era invisible que digamos.

-Témar hermano, deprisa a las armas. -Gritó Gunter sacando a Témar de sus pensamientos, en los cuales estaba muy concentrado-

-¿Eh? ¿Que pasa hermano?

-¿Como que, que pasa? El portal, el portal, aprisa.

Fue en ese momento cuando con retraso Témar escuchó el sonido del portal abriendose... pero mas bruscamente de lo normal, estaba tan preocupado que se había evadido de la realidad por unos momentos, se levantó rapidamente y fue tras su hermano, para armarse y dirigirse hacía el portal.

-¡Vamos tortuga!

Le gritó Témar a su hermano cuando a este le costaba salir por la puerta, debido a su pesada armadura y a la lanza la cual colgaba en su espalda, Gunter nunca había visto a Témar tan emocionado y ansioso por cumplir su cometido, cosa que alegraba a la vez que preocupaba a Gunter, una vez consiguió salir por la estrecha puerta, corrieron como pudieron hacía el portal.

Quedaban escasos metros para llegar, casi se podía divisar ya el portal y todo lo que hubiera en el portal divisar lo que había fuera, cuando de repente... un sonido de choque metalico se hizo presente en todo el lugar, Gunter había caido al suelo, por culpa de una negligencia suya... una maldita piedra en el camino... ¿No era lo mas humillante? ¿Caer ante una piedrecita? ... Témar ayudo a su hermano a levantarse, una vez preparados de nuevos, hicieron presencia al frente del portal.

Finalmente, apagado el dolor, volvió a tomar conciencia de todo. La marca lo seguía observando, y sus rodillas seguían clavadas en la hierba iluminada por aquella luna...Hacía apenas unos minutos, había caminado por una calle pavimentada, y ahora estaba ahí...Era...irreal...ilógico...y tenía mucha confianza en su sentido de la lógica...


Y sin embargo, era real. La luna que le miraba no era gris y pequeña, sino que, teñida de rojo y quizás incluso el doble de grande, estaba allí, en el cielo... Era la clara prueba de que quizás estaba muchos más lejos de lo que pensaba. E incluso la quemadura desafiaba toda lógica. Un momento antes, surgida de la nada, la había visto brillar de azabache, para luego dejar morir aquel brillo, como si nunca hubiera estado...pero estaba, y seguía ahí...No lo había imaginado.

Se levantó, aún algo aturdido, y lanzó una mirada en derredor. Los árboles en los que antes se había fijado continuaban allí, no eran una ilusión. El bosque era increiblemente espeso, y la noche le daba un aspecto peligroso. No sería de extrañar que hubiera animales salvajes...eso si había vida en aquel lugar. Era una perspectiva aterradora, pero...¿Y si estaba totalmente solo en aquellas tierras? ¿Y si no había más vida en todo aquel lugar...? Había deseado alguna vez que la humanidad dejara de destruirlo todo...incluso que desapareciera...¿El mundo le escuchó en aquellos momentos y ahora le complacía? Sonaba...a una locura...

Se sentía horrible por haber pensado aquellas cosas, pero...ya cualquiera podía ser... Giró sobre si mismo y tocó ahora la superficie pétrea de la puerta. Estaba llena de relieves, como si una mano habilidosa lo hubiera tallado. Era una muestra inequívoca de civilización...¿Reciente? Puede que sí o puede que no, pero el caso es que había habido en algún momento, y quizás alguna construcción le diera cobijo hasta el día, o puede que incluso encontrara alguien.

Fue entonces cuando se giró, al sonido de un golpe metálico a sus espaldas. Allí, vió lo que menos habría esperado. Dos personas en armadura. La primera era alta, una verdadera mole, con armadura completa y una gran lanza a la espalda. La otra era más pequeña, pero casi notaba algo que la hacía tan de respetar como la otra.

Retrocedió unos pasos, hasta que chocó contra la superficie de las puertas. Sabía que podía haber alguien, pero...¿Tan pronto? Y entonces, aún sabiendo que no iba a recibir respuesta, aún sabiendo de que las posibilidades de ser entendido eran casi nulas, preguntó, con la voz algo amortiguada por los nervios de la situación:

¿Quienes sois...?

La marca, oculta en la palma de la mano, dejó ver su azabache brillo por un instante, apoyada contra la piedra, donde nadie la vió.

Los hermanos vieron al chico, de pelo castaño oscuro y de ropas oscuras, visto desde lejos era bastante sombrío y vestidos con esas ropas extrañas del mundo humano era aun mas raro, los hermanos avanzaban lentamente hacía el tipo de ropas oscuras, una vez estubieron lo suficientemente cerca para poder escucharlos, este abrió sus labios con los que pronuncio una sencilla pregunta pero que no sabían muy bien como preguntar... "Quienes eran" no era una pregunta facil de contestar, ya que el venía de un mundo diferente al suyo y la respuesta, era mas complicada de lo que parecía a primera vista, pero algo había que decir, por lo que Temar optó por presentarse antes que nada.

-Yo soy Temar.

Contestó el mas bajito, el cual analizaba la reaccion del chico, era bastante joven... pero Temar estaba bastante desconfiado hoy, estaba seguro de haber escuchado el portal, si se les habian escapado... como se enteraran se les iba a caer el pelo, pero en fin... ya nada se podía hacer a si que optó por relajarse y concentrarse en aquel chaval asustadizo.

-Y el es Gunter.

Termino de presentarles, mientras Gunter le echaba una mirada al de ropas oscura, una mirada llena de superioridad y honor, miraba a el chico con una actitud altanera, debía aparentar, para mantener a ralla a aquel chico, ya había tenido muchas experencias desagradables con chicos de su edad... unos chicos muy escurridizos.

-Venimos a llevarte a Lastong

Por un momento, una sensación se extendió de nuevo por la palma de la mano. Ya no dolía, pero era extraña, como una ligera vibración. Parecía que reaccionara al contacto con el portal, o tal vez fuera por la sensación de peligro. Todo aquello era demasiado raro, pero debía calmarse...Él solía ser tranquilo, casi frío..Calmarse...Calmarse... Los latidos del corazón se ralentizaron y su respiración se normalizó. Había logrado relajarse un poco.

Lo siguiente que ocurrió fue aún más inesperado que la aparición, puesto que los hombres...respondieron. Así es, aquellos individuos con armaduras de aspecto medieval le habían entendido...Entonces...¿Estaba en algún sitio de su país? ¿Acaso eso era posible? ¿O quizas era todo una alucinación? En aquel momento ya no sabía que pensar. Los extraños personajes le dijeron sus nombres, y hablaron de llevarlo a algún lugar.

El más alto parecía alguien serio, y su aspecto, combinado con la pesada armadura y el arma a su espalda, sin duda le daban un aspecto muy imponente. No parecía ser capaz de dejar pasar una broma con facilidad, aunque ese no fuera momento para hacer bromas. Le intrigaba sobremanera el lugar del que hablaban, pero no le moverían sin una explicación más extendida. Al menos ahora sabía que podían comunicarse, y dado que la fuerza no era una salida, lo preferible era hablar. Se reajustó el puente de las gafas con el índice, una pequeña manía que repetía constantemente, a pesar de que no se movieran de su lugar ni en una ventisca. Iba a tratar de presentarse. Así, se separó de las grandes puertas y se acercó unos pasos, siempre con algo de prudencia y en alerta, hacía los dos hombres.

¿Que es ese lugar del que hablaís? -Les preguntó, con voz clara, pero siempre sin tratar de ofender ni hacer nada que pudiera traer malas consecuencias- Es más...¿Que es este lugar?

Había demasiadas dudas por responder, y no veía buena idea el moverse con unos desconocidos sin saber nada...Aunque la verdad es que podría ser preferible a quedarse allí, ahora que la noche había caido en donde quiera que estuviera. Al menos tenía una primera buena señal...Civilización, y además le entendían. Eso ya era algo...

Cerró la mano izquierda, por si acaso, aún en la noche iluminada de sangre, lograban distinguir aquella peculiar marca, que incluso el desconocía. No sabía que era, y ellos seguramente tampoco, pero era mejor prevenir.

Trató de mantenerse tranquilo todo el tiempo, respirando relajadamente e intentando no alarmarse ni hacer nada que pudiera ser considerado hostil por los hombres. Tanta indiferencia tanto tiempo, al final resultaba que le iba a ser útil.

-Ya lo veras cuando llegemos, mejor que nos demos prisa, es de noche... los animales nocturnos saldrán a cazar y no creo que desees verlos.- Sentenció el mas grande mientras se acercaba a aquel chico de ropas oscuras, quedaron casi frente a frente y quizas la mole que era Gunter pudiera asustar hasta a la persona mas valiente pero su mera presencia, inspiraba confianza a los que los rodeaban, de el no emanaba ningún sentimiento de odio o hostilidad, de verdad parecía que quería ayudar a aquel chico y no a llevarlo a un lugar alejado de la mano de dios y allí descuartizarlo para vender las partes de su cuerpo, o cualquier otra cosa que pudiera pensar ahora mismo aquel chico de gafas un tanto extrañas.

-Estas en Auntermian...

Dijo el hermano mas pequeño pero igualmente alto desde la espalda de Gunter... la verdad es que no sabía muy bien como explicarle esto a aquel chico... aunque lo hubiera echo una y otra vez desde que le asignaron el puesto, cada persona reacciona diferente, algunas ni siquiera aceptaron la realidad... otras se descargaron con el portal y en otros casos... atacando a su hermano o a el mismo, era algo inesperado, pero este chico parecía que no iba a reaccionar de una forma extraña... a si que por responder a su pregunta... tampoco tenía por que pasar algo extraño.

-Te cuento el resto en el camino.

Dijo Temar mientras se daba la vuelta y emprendía el camino hacia Lastong... ya era hora de ir a ver a el jefe, el puesto en el que habían sido asignados era muy tedioso, pero de momento, no arriesgan su vida, ya era al menos algo, Gunter miro con confianza a el chico y se dio la vuelta, siguiendo los pasos de su hermano, en dirección a Lastong.

-Vamos chico, no querrás ser devorado.

-Ya lo veras cuando llegemos, mejor que nos demos prisa, es de noche... los animales nocturnos saldrán a cazar y no creo que desees verlos.-

Tras unas palabras que no aclaraban demasiado, el hombre más alto se acercó a él. Se vió obligado a mirar hacía arriba solo para poder mirarlo a su cara. Así, aparentaba ser aún más alto que cuando estuvo alejado. Ante aquella leve sensación de peligro, la sensación de la mano izquierda aumentó. Era muy extraña, sin duda. A pesar de todo, el gigantón no parecía reaccionar hostilmente, y eso le permitió relajarse...al menos un poco.

En ese momento, el otro habló -Estas en Auntermian... Sin embargo, todo lo que decían no tenía demasiado sentido para sí. Eran palabras que nunca había oido. Repasó apuntes de geografía "¿Había algún país o zona que se llamara así?" No lo creía, y menos si podía hablar con esos tipos. No, sin duda, no entendía nada...

Expl... -Fué a decir, cuando el que le había dicho lo último lo interrumpió.

-Te cuento el resto en el camino... [color=white]-Realmente, parecía que estaban allí para llevarle a algún sitio, sin embargo, pese a no haber mostrado ninguna intencionalidad peligrosa... ¿Podía confiar en aquel par de extraños sujetos? Analizando la situación, las opciones eran dos...

"Puedes quedarte aquí parado esperando despertarte en medio de la calle donde caiste...o puedes ir con ellos..."

Claro estaba que no hacía falta ser un genio, y menos tras las últimas palabras del gigante, para saber que era lo conveniente en tal situación. Si no era un sueño o algo similar, acompañarlos era su única opción, y si lo era no le iba a pasar nada por ello...

Entiendo... -Murmuró, mientras comenzaba a caminar tras ellos, hacía aquel camino. La luna roja lo iluminaba todo, tiñendolo de sangre...Dirigió un último vistazo a aquel satélite, tan diferente de la fría piedra gris que le miraba cada noche. Por él parecía que fluía sangre, y su cercanía casi le daba una calidez casi especial.

Suspiró y reanudó la marcha. La sensación en su mano había desaparecido.

Mientras Temar caminaba miraba de reojo al chico extranjero, era joven, su pelo era de un castaño oscuro, este estaba muy descuidado... sus ojos eran de un tono café, los cuales combinaban con su pelo, estaban tras los cristales de unas gafas un tanto peculiares... se notaba el estilo extranjero, la verdad es que tenia mucha curiosidad por saber como era el mundo de los humanos, eso de ser la única especie que supere en inteligencia a las demás... debería ser interesante, tras un poco de duda, el chaval se decidió y comenzó a andar tras los hermanos.

-¿Tienes hambre, chico?

Dijo el grandullón, hacer un viaje entre mundos, debería ser cansado, o eso pensaba... ¿Como demonios funcionaría aquel portal? Gunter cerró los ojos por un momento para liberar de su cabeza todo pensamiento, esas cosas mejor dejarselas a su hermano, si no era con el fin de ganar la batalla, no se iba a plantar a pensar, de todas maneras, el fin de esa pregunta, era para parar un momento en su campamento, para que el chaval pudiera descansar, tampoco lo iban a matar en una caminata... ademas, era ya de noche, lo mas seguro sería dormir en el campamento, aunque su hermano ya sabría eso.

-Nos dirigimos al campamento, por lo que pronto podrás saciarla... y si estas cansado también podrás dormir un poco.

Dijo Temar, el mas alejado del chico, la verdad es que debían estar mas a su lado, para evitar cualquier peligro, pero ya estaba su hermano con el, no iba a pasar nada, Gunter se fijó en que su hermano si había pensado en ello... a si que pareciía ser que hasta mañana por la mañana no iban a partir, mejor así podrían explicarle algo al chico.

Era un lugar llamativo, casi como una selva. Todo estaba lleno de una gran fronda, y ahora compredía a que venía aquello de los animales salvajes. En tal espesura, sin duda debían habitar muchas cosas, y no todas ellas inofensivas. En una noche cerrada, seguro que era imposible caminar tranquilo ¿Sería todo el lugar así o pronto encontrarían la claridad de la luna de nuevo?

-¿Tienes hambre, chico?

La pregunta del grandullón lo sorprendió de repente. En todo aquel tiempo, no había notado hambre, ni nada similar. Quizás era que no había pensado en ello, pero lo cierto es que tras mencionarlo, sin duda notaba un poco.

La verdad...es que un poco... -Contestó, quizás con una voz algo más baja de lo habitual. Era un problemilla al tratar con extraños, y más si estás en un lugar extraño, con dos hombres con armadura y que hablan tu mismo idioma pese a que no has oido hablar de aquel sitio en toda tu vida. Pronto, el otro habló:

-Nos dirigimos al campamento, por lo que pronto podrás saciarla... y si estas cansado también podrás dormir un poco.

¿un campamento? ¿En este lugar? -Preguntó, con la esperanza de poder encontrar la calidez de una cama, o algún sitio en el que descansar. Resultaba algo sorprendente pensar que allí pudiera encontrar la comodidad de un lugar, aunque por las vestimentas de los hombres, comenzaba a pensar que la luz eléctrica no iba a ser su gran aliado. Se reajustó de nuevo las gafas, y decidió preguntar:

Antes dijisteis que me contariaís que ha ocurrido por el camino...Entonces...¿Que hago aquí si hace unos minutos caminaba por la calle? -Directo a lo importante del asunto. No tenía más sentido el atrasar la conclusión de lo ocurrido. Era cierto que el lugar anterior no era precisamente el lugar más apetecible del mundo, pero necesitaba saber que hacía allí, y lo más importante...¿Como estaba allí?

Los dos observaban al chico al cual se le notaba confuso, era obvio, todo lo estaban, incluso pasaron personas sin memoria, Gunter estaba contento de que este fuera mas o menos normal, no estaba muy por la labor de atender a cierta clase de humanos que cruzaban este portal, gracias a dios este parecía tener cordura, "Gracias a la sacerdotisa" exclamaba para sus adentros, Gunter acertó el chico tenía hambre, algo totalmente comprensible después de un viaje tan largo, o quizas no tanto, un viaje que podría haber sido por el tiempo o no, en definitiva un viaje, solo con eso el estomago te rugía.

-Tranquilo chico, pronto llegaremos y podrás comer todo lo que quieras.

Temar se quedó mirándolos de reojo, no podía dejar de pensar en por que el portal se abría abierto dos veces... ¿Deberían volver para buscar cualquier objeto pequeño o cualquier cosa que podría haber salido del portal? solo soltó un suspiro y siguió observando la conversacion.

-El campamento no esta muy lejos, si seguimos este camino no tardaremos mucho en llegar, nosotros trabajamos aquí ¿Sabes? no eres el primero en llegar aquí.

Dijo Gunter, contestando a la pregunta del chico, mientras le contestaba la cara del chico se iluminaba, estaba claro que quería descansar y olvidar todo lo que había pasado hoy, para poder enfrentarse a lo que le venía poder delante, poco después fue directo al grano, quería saber que estaba pasando, quería saber por que estaba allí.

-Para empezar... no estas en tu mundo... -Hizo una ligera pausa para la correcta reflexión del chico- esto es Auntermian y según tenemos entendido es diferente a vuestro mundo, lo que mas llama la atención de los humanos, es la luna, pero eso es una historia demasiado larga... Aquí en Auntermian, no solo una raza a llegado a la cúspide de la cadena evolutiva, hay varias... y convivimos todos... o al menos lo intentamos... esa es la principal diferencia a parte, según tenemos entendido tu especie esta mas avanzada tecnologicamente... Mejor te contamos el resto despues.

El ojo de sangre vigilaba atento como se desenvolvía aquella confusa situación. Mientras hablaban, dejaba caer sus lágrimas de luz sobre los hijos de la tierra, verde fronda ahora envuelta en su abrazo carmesí. También teñía a aquellas sombras que se movían bajo ella. Sombras que se debatían en sus pensamientos de locura, confusión y realidad.

Locura, puesto que aquella situación resultaba ciertamente más allá de la mente, confusión debido a que todo había sido repentino, y realidad... por qué sentía... Por mucho que tratara de engañarse, había caminado por la calle, y ahora estaba allí. Había tenido sueños sorprendentemente lúcidos y realistas, pero esto era demasiado... demasiado verdadero como para ser considerado como tal. Estaba allí, y ahora...

Lo cierto es que caminaba algo fuera de sí, algo aturdido, podría decirse, tratando de buscar una explicación racional al fenómeno. Quizás algo como que definitivamente hubiera perdido la cordura y todo fuera producto de su imaginación... ... ... No, estaba en pleno uso de sus facultades. Definitivamente... al menos por el momento...

-Debe ser real, por muy extraño que lo consideremos- Pensó para sus adentros, sin dejar que las sombrías opciones y meditaciones sobre el lugar llegaran a reflejarse en su rostro, mientras caminaba tras la enorme sombra que proyectaba el guardia y la de su compañero de menor estatura.

Durante unos momentos, el hombre pareció tratar de reconfortarlo. No es que fuera aquello lo que necesitaba principalmente, porque los nervios y preocupaciones de situaciones repentinas como sea solían esfumarse de sí con velocidad, pero al menos se agradecía... Además, dijo algo bastante interesante, que hizo que levantara la cabeza, dirigiendo toda su atención hacía él.

No era el primero que llegaba... Entonces... ¿Aquello era algo común? Por el momento, guardó sus preguntas. Aquel intercambio de palabras no había acabado, y pronto recibiría otra frase que acabaría por eclipsar aquella pregunta en su mente, con las palabras del más pequeño...

Como una miríada de pensamientos opuestos en su mente, cada sílaba que pronunciaba explotaba en la marea de ideas, que pronto se desbordaba y barría la corriente de la lógica...

Mundo... Luna... Tecnología... Razas... ¿Y...acaso... podía... ser... real? ¿Qué pensar? ¿Cómo definir tal ambigua, inimaginable situación? ¿No escapaba acaso a la mente humana aquella idea? ¿No vivía una realidad impensable para la simple percepción de un humano normal y corriente?

Es cierto que se puede pensar en la existencia de lugares desconocidos, nuevos mundos aún por descubrir, pero es imposible pensar en profundidad sobre este concepto, pues algo desconocido, tal vez considerado inexistente, no puede pensarse... Hasta unos momentos, pensar en un mundo distinto al que habitaban, era como tratar de discernir como es la nada o el infinito. Ahora, sin embargo, estaba pisando el concepto indescifrable que suponía aquello ¿Y como tomarlo?

Por unos momentos, silencio. No un silencio incómodo, ni un silencio del que no sabe que decir, sino un silencio de reflexión. Por un lado, la histeria gritaba en una esquina de su espacio interior, mientras la fría lógica la hacía racionalizar.

Era cierto que era una situación increíble, pero dejarse llevar por el pánico, la excitación o cualquier sentimiento exagerado no pondría fin a aquel momento. Sí, estaba allí, pero no podía hacer nada, ni para evitarlo ni para alargarlo, ni para nada, solo dejar fluir los acontecimientos.

El silencio se extendió un poco más, hasta que finalmente decidió volver a preguntar, relegando a una jaula de voluntad todas las ideas exaltadas que podían ocurrírsele.

-Explícame más de este lugar, necesito saber en que clase de mundo me encuentro –Fue lo que dijo. Algo de inseguridad, algo de nerviosismo, algo de excitación, algo de todo sentimiento imaginable se dejaba ver en su cara, aunque ninguno llegaba a dominarlo. Sí, se sentía algo asustado por estar en tal lugar, también se sentía increíblemente bien por tener la oportunidad de poder estar en un sitio del que nadie en el otro mundo, en el que podría ser llamado su patria, a pesar de que en numerosos momentos llegaba a sentirse como un extraño en una cacofonía de voces grises y monótonas, había llegado a ver.

Y aún así, había algo de lo que por mucho tiempo que pasara, por mucho que su mente se debatiera en febriles debates y por mucho que filosofara, podría llegar a descubrir. Sí, eso que siquiera podría conocer por mucho que preguntara a los habitantes del lugar, puesto que siempre podrían ser producto de su imaginación...

¿Es todo real?