Pasos entre la niebla [Reservado para trama de Marcus]

La mañana amanecía brumosa. El sol, la ardiente esfera que guiaba el camino de los perdidos, aquel día despertaba cegado por el manto de tenue neblina que cubría todo. Las hojas estaban cubiertas del rocío del amanecer. Los animales apenas levantaban del letargo nocturno, mientras aquellos que danzaban entre las sombras de la luna sangrienta volvían a ese mismo letargo. Pronto, la estampa se vió alterada por los pasos de uno de los hijos de la noche.

Tenía la imagen de un viajero pobre, y realmente lo era. Su capa desgarrada hacía pensar que no tenía dinero para comprar otra, aunque en realidad la vistiera como recordatorio de lo que era antes, fuera lo que eso fuera. El pelo estaba despeinado, revuelto, dispersándose en mechones que salían descontrolados en todas direcciones, mientras que una pequeña coleta se movía al son de su caminar. Aquel enemigo, mil veces maldito, estaba persiguiendole en aquel momento, de nuevo...Como siempre, un enemigo que solo el podía ver y oir...Sed...

La tentadora voz bailaba en sus oidos, llamándole a probar el brillante líquido de la vida...Una vida a cambio de otra, como llevaba tanto tiempo haciendo. Sabía que no podía evitarlo, que debía beberlo, pero aún así quería tratar de alargarlo lo más posible...Sin embargo, ya habían sido demasiados días sin él, y comenzaba a notar como sus músculos fallaban y su visión se emborronaba...Necesitaba...probarlo...ya...

En las ciudades...Todas las noches podrías tenerlo...y nadie lo notaría... -Le dijo aquella voz serena, en su mente, que tentaba a los caminos de la perdición, y que sin duda, era su propia voz.

Cállate...Sabes que...no he de hacerlo... -Le reprendió...Aquellos susurros le suponían una lucha siempre que llegaba la sed...Era como si su mente se encontrara dividida en dos. Erik, y el ser sanguinario...

Sin embargo...ya es...el momento... -Murmuró. Por suerte, el momento lo había atrapado en un bosque, donde con un poco de suerte podría atrapar un animal. Se dirigió a los arbustos cercanos, con paso cansado y la vista nublada por la inanición.

Había pasado ya media hora o más, y el sol, aún cubierto por la niebla, se había alzado un poco. Entre las manos del cazador, se debatía un pequeño animal blanco, un simple conejo que había tenido la mala fortuna de pasar por allí. Se apartó la capa, bajo la cual se ocultaba la hoja, y la desenvainó con la mano izquierda, mientras que con la diestra mantenía atrapado al pequeño animal. La hoja había pasado mejores tiempos, pero aún cortaba. La llevó con lentitud y la acercó a la pata del animal. No pretendía matarlo, simplemente obtener la sangre suficiente como para poder seguir viviendo. Aún a pesar de ello, no pudo evitar disculparse con el animal.

Un pequeño corte surgió en la zona, y momentos después, había saciado su sed, dejando al animal en el suelo. Como siempre, se sentía mal...
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Diálogo, pensamiento, voz de la sed.

Off: Mientras ocurre: La gran perdida

El joven vampiro, recién acababa de saciar su sed de sangre. Unas gotas le resbalaban desde la comisura de sus labios, mientras el pobre animal, que había tenido la mala suerte de cruzarse en su camino, se alejaba cojeando de su agresor, quien aparentaba no gustarle haber tenido que recurrir a ello.

El bosque se encontraba en un profundo silencio, el cual solo era roto por la respiración del joven vampiro, y el leve movimiento de las hojas mecidas por el viento. A primera estancia, parecía encontrarse completamente solo, aunque si se fijaba a su espalda, podría percatarse de que una fugaz sombra, se le iba acercando poco a poco aprovechando la cobertura que ofrecían aquellos arboles. Con pasos rápidos y silenciosos, se iba acercando poco a poco a su objetivo, mientras que un atenuó brillo metálico, se hacia presente en una de sus manos. Cuando quedaban unos metros para llegar hasta Erik, la misteriosa sombra pisó una rama, la cual crujió bajo sus pies, haciendo que este cortase su avance repentinamente, para ahora, de un movimiento rápido de sus pies, quedase oculto tras un gran árbol, el cual se encontraba justo a su lado izquierdo.

Off: Si tu Erik gira la cabeza al momento de oír el ruido, podrá ver una fugaz sombra oscura y un leve brillo metálico escondiéndose tras un árbol.

Por unos momentos, el tiempo parecía detenerse cada vez que probaba su alimento, y no era por una sensación de satisfacción precisamente. Un malestar generalizado se extendia unos segundos por todo su ser, para luego irse tan rapidamente como había llegado. Limpió la sangre que resbalaba de sus labios, e hizo un movimiento seco con la hoja, quitando todas las manchas que hubieran podido quedar al realizar el corte. Inmediatamente, la guardó reverencialmente.

Y entonces, un pequeño ruido se escuchó, rompiendo el silencio de la niebla... Parecía una rama, pero al girarse, le pareció ver algo que dificilmente pudiera considerarse animal, a no ser que estos llevaran algo que brillara como el metal. Sin embargo, fuera lo que fuera, se había ocultado...Quizás acechaba...

Instintivamente, colocó la mano izquierda sobre la empuñadura. La hoja emitió el característico ruido metálico al chocar contra el refuerzo de metal del interior de la vaina. La mano derecha la llevó a la capa. Tenía una idea por si se abalanzaban sobre él desde los árboles, y era mejor prevenir que curar. Un sentimiento familiar de tranquilidad se apoderó de él, a pesar de la situación. Se había sentido familiarizado con la empuñadura del arma incluso cuando no era más que un animal.

Aún sentía el brazo derecho algo molesto por la herida, pero podría valerse.

Es una buena sensación la del peligro ¿Verdad? -Dijo aquella voz en su mente. El vampiro lo ignoró y siguió observando cuidadosamente los árboles.

Muestrate... -Dijo, aún con su voz suave, pero tratando de elevarla para hacerse oir- No se cuales...son tus intenciones...pero si tratabas de sorprenderme...ya no tiene sentido...

Levantó levemente la empuñadura, mostrando apenas unos centímetros de la hoja del arma. Así podría deslizarla con velocidad en el peor de los casos. La mano derecha aferró con fuerza el borde de la capa...Respiró, y esperó sin dejar que sus sentidos se perdieran algún ruido.
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Erik se pone en guardia , centrándose en seguir a la sombra con el oido y la vista, mientras se prepara para reaccionar.

La sombra no se movió de su escondite, seguía quieta sin hacer el menor ruido, pero una cosa estaba clara, seguía allí. Pasaron los segundos, y el extraño ser permanecía inmóvil, lo único que se escuchaba de el, era un curiosos sonido, como el que hacen las telas al frotarse sobre si.

Pasó un minuto, y la figura aun permanecía oculta, seguramente, estuviera esperando a que el vampiro perdiera los nervios y fuese tras de si, o tal vez, solo estaba planeando que hacer a continuación. Entonces, se pudo escuchar el ruido de varias piedras chocar contra si, como si las metieran en una bolsa, para seguidamente, oír un sonido muy peculiar, como si algo estuviera girando a gran velocidad atado a una cuerda.

La sombra seguía oculta, y el sonido iba cogiendo cada vez mas fuerza. Esto seguro intranquilizaría al la mayoría de los hombres. Tras otros largos segundos de espera, aquel individuo hizo su movimiento. Erik pudo apreciar como una sombra negra era lanzada al aire, para luego, descender en picado sobre el. Si se fijaba bien, podría apreciar que era una capa negra como la noche, la cual tenia en su interior un peso, lo que hacia que bajase a gran velocidad y con terrible fuerza.

Mientras, la autentica sombra, salió de su escondrijo, era mas o menos del mismo tamaño que Erik, vestía ropas oscuras desde los pies a la cabeza, a la vez que iba empuñando una daga, la cual llevaba preparada para lanzar una estocada. Con su brazo desarmado por delante, y el armado por detrás preparado para lanzarse al pecho del vampiro, se lanzó en carga contra su adversario, el cual, debería estar preparado para hacer frente a tan sigilosos enemigo.
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[Erik]

Pv: 900/900
Pr: 70/70
Pm: 70/70


[Asesino Lider]

400/400 PV
56/56 Pr


Habilidades:

[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]


Descripción:

Un asesino entrenado desde su infancia en el oscuro arte del asesinato, ha aprendido a moverse entre las sombras si llamar la atención, y matar de esa forma a sus enemigos con golpes certeros por la espalda. Este asesino forma parte de un pequeño grupo, algo que se puede apreciar ya que en su brazo, se encuentra una extraña seña, la cual lo identifica como el líder de esta.

Off: Bueno, aquí tenemos al líder del grupo de asesinos que ahora mismo rodean a Siete... veamos como te encargas de el xDDDD

Lo que quiera que acechaba no respondió. La única respuesta fue un sonido extraño, como dos trozos de lienzo frotándose. El vampiro continuó esperando, tratando de mantenerse lo más sereno posible. Aquel sonido podía ser el testimonio de que no se trataba de un animal.

El tiempo continuó pasando, mientras su exterior, su yo consciente, permanecía aún tranquilo, otra voz gritaba desde dentro: Destrózalo... Arrásalo... Deja de esperar... -De nuevo, ignoró aquella susurrante y persuasiva voz que le incitaba a la destrucción.

Pronto, el sonido de algo chocando se hizo patente, y pronto se sumó el giro típico de la fuerza centrífuga... Quizás iban a lanzar algo... Fue de repente cuando algo surgió de la espesura. Era algo negro, que se alzó sobre él, para luego caer. Podría haberse sorprendido al principio, pero el ruido había sido demasiado llamativo. Solo un señuelo...

Fue entonces, siguiendo a la capa, cuando el verdadero acechador salió de su escondrijo, empuñando su arma y dispuesto a acabar con él. Bien visto, dadas las ropas, podría ser difícil distinguir entre ambos.

El vampiro había estado preparándose para un momento así, y supo reaccionar a tiempo. Con la mano que había llevado en el cuello de la capa, la derecha, dió un fuerte tirón, quitándosela y lanzándola al hombre que venía directo hacía él. Era un truco que le había salvado varias veces. Justo mientras la capa avanzaba, aprovechó su cobertura para apartarse del señuelo, avanzando hacía delante y lanzando un golpe con la parte roma del sable, directo a la pierna izquierda del hombre. El usar aquella mano en ocasiones confundía a los enemigos.

Todos los movimientos que realizaba en esas situaciones, eran instintivos, como si llevaran mucho tiempo grabados en él, y en ocasiones se sorprendía con cosas que resultarían mortales con facilidad, por lo que se había acostumbrado a golpear también con la parte sin filo del arma.

Deberias arrasar... -Dijo el susurro, de nuevo sin ser oido-

La capa logra tapar la visión del asesino, por lo menos, le impedía ver los movimientos de Erik, mientras esta avanzaba hacia el [Éxito] Mientras el señuelo, había pasado a unos centímetros del hombro derecho de Erik [Éxito] ya que este se apartó a tiempo de su trayectoria.

Cuando el asesino ya tenía prácticamente encima la capa, aprovechó su mano libre para apartarla a un lado, consiguiendo tener a vista de nuevo a su objetivo, y no pudo sino sorprenderse, al ver como este le dirigía un ataque a las piernas. Pero por suerte para el, lo había visto a tiempo, por lo que de un salto hacia atrás, logró esquivar su ataque. [Fallo] Faltó poco para perder una pierna, pensó. La capa cayó cerca, emitiendo un sonido de rasgadura, que aseveraba que habían quedado poco más que jirones.

Tras esto, el asesino ya más prevenido de los métodos de Erik, metió su mano en uno de los bolsillos, para luego, acabar sacando un fino polvo, el cual se resbalaba poco a poco de su mano. Tenía el color de la ceniza, además de que su forma era muy parecida. Pero no... cuando tuvo el polvo en su mano, estiró está apuntando hacia Erik, para seguidamente, taparse los ojos con el brazo de la daga a la vez que chasqueaba los dedos. En ese momento, un sonido muy característico de la yesca y el pedernal hizo aparición, a la vez que del chasquido, apareció una chispa, la cual prendió el polvo. Este polvo estalló, desprendiendo una fuerte luz hacia todas direcciones, la cual se mitigó al instante. [Off: Polvos de luz]

Tras esto, bordeó al chico por la derecha, a la espera de poder cogerlo desprevenido, para seguidamente, lanzarse contra él mientras cargaba a gran velocidad contra el vampiro, con la intención de ensartarle con su arma.

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[Erik]

Pv: 900/900
Pr: 70/70
Pm: 70/70

Ceguera (Dependiendo de tu próximo post)
- 3 a reacción por estallido y luz.

[Asesino Líder]

400/400 PV
56/49 Pr


Habilidades:

[Polvos de Luz] Físico

Los polvos de magnesio, o polvos de luz como les dicen, son un material que al contacto con una flama o chispa prende instantáneamente, provocando un fuerte destello de luz. Se desconoce de donde proceden.
Provoca ceguera temporal, (Un turno de duración) 7Pr [Solo un uso]

[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]


Descripción:

Un asesino entrenado desde su infancia en el oscuro arte del asesinato, ha aprendido a moverse entre las sombras si llamar la atención, y matar de esa forma a sus enemigos con golpes certeros por la espalda. Este asesino forma parte de un pequeño grupo, algo que se puede apreciar ya que en su brazo, se encuentra una extraña seña, la cual lo identifica como el líder de esta.

La estrategia de la capa había fracasado, y ahora sería difícil recurrir a ella de nuevo. Para colmo, había esquivado su golpe...Era un rival duro...

Dejame ayudarte... -Escuchó en su interior, inmediatamente después de que la espada pasara, mientras sentía la sangre fluir a más velocidad por su cuerpo y el torrente mágico acompañarla. A su espalda, la una niebla de sangre se concentró, formando lo que parecían dos pequeñas alas rojizas y etéreas [Caído Usado]

Recobró su posición natural y vió como el asesino dirigía su mano hacía el bolsillo. Tenía que ser rápido y reaccionar... Sus ojos, de un azul como el mar nocturno, brillaban muy ligeramente, y en su mano derecha comenzó a condensarse una llama fría y azulada. Con velocidad, la descargó sobre el hombre, tratando de sellar su mano donde estaba, o al menos impedirle llevar a cabo lo que intentara. [Caos Usado]

[Si logra impedir que utilice el fogonazo]

Habiendo logrado que su estrategia quedara inservible, se preparó para asestar otro golpe inmovilizador, de nuevo sin intención de acabar con él. Aprovechando el acelerón que la voz le había otorgado, extrajo la vaina del cinturón, cosa que apenas le llevó un momento, puesto que estaba colocada para que fuera fácil de hacer y la empuñó mientras avanzaba hacía el asesino. De esta forma, descargó un golpe en pinza, de nuevo con la parte roma de la espada en la mano izquierda, y la vaina en la derecha, hacía sus piernas, concretamente a las rodillas, para lograr inmovilizarle.

[Si consigue iniciar la técnica]

Su puntería le había fallado en aquella ocasión y el hombre levantó su brazo apuntando hacía él. Pudo ver aquel polvo entre sus dedos, y trató de reaccionar lo más rapidamente que pudo. El hombre se cubrió los ojos, posiblemente para evitar verse afectado, y así trató de hacer él con la mano derecha. Mientras tanto, con la izquierda, dirigió un corte diagonal, de nuevo con la parte roma, de derecha a izquierda, tratando de golpear la mano para hacerlo caer.

[Si logra provocar el estallido]

Todo se iluminó, incluidos sus propios ojos. No veía...Le había cegado y por un momento casi se detuvo... Pero aún así, sabía que estaba en peligro, y debía actuar. El ataque debía ser inmediato, y el también tenía que actuar sin demora. Así pues, aprovechó la fuerza centrífuga del golpe que había lanzado momentos antes de que todo se iluminara, tratando de doblar con velocidad las rodillas y mantener el giro, y ampliando aquel corte a todo su alrededor, tratando de describir un círculo completo. Como siempre, la parte roma llevaba la iniciativa.

Debes arrasar... -Susurró la voz.

El poder de Erik se hizo patente, le había otorgado más poder del que esperaba [Éxito + Plus] y el asesino, parecía haberse percatado de ello, puesto que su manó se detuvo durante unos segundos a la vez que sus ojos se abrían como platos, esto facilitó el siguiente movimiento del vampiro, quien aprovechando el momento, lanzó un peligroso látigo de hielo.

El ataque de Erik fue rápido y hubiera pillado a cualquiera de improviso. pero no pudo alcanzarlo [Fallo] Ya que el asesino se percató del peligro y pudo evitarlo echando su cuerpo hacia la izquierda, dejando pasar el ataque por donde el antes se había encontrado. En su siguiente movimiento, tuvo mucha más suerte, puesto que el ataque logró alcanzar la mano de su adversario de lleno [Éxito: 40 Daño + Dolor] Provocando que este abriera la mano por completo y esparciera los polvos por la zona, mientras un fuerte dolor le agarrotaba la mano.

Al ver como su técnica había fracasado, en cómo le había dejado la mano, y la extraña aura que recubría al chico que le hacía dudar por momentos, el asesino hizo un movimiento inesperado. Enfundó su daga mientras daba un salto hacia atrás, a la vez que de un movimiento veloz, se llevó la mano al cinturón, para luego, de otro movimiento aun más rápido, lanzarle unos dardos afilados a su enemigo [Dardos paralizantes]. Lo repitió cuatro veces a la espera de que impactasen sobre el vampiro.


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[Erik]

Pv: 900/900
Pr: 65/70
Pm: 56/70.

+ 4 a velocidad [Caido]

[Asesino Líder]

360/400 PV
56/39 Pr

Dolor en mano izquierda: Imposibilita su uso por 3 turnos.
Intimidación; - 3 a acciones contra Erik.

Habilidades:

[Polvos de Luz] Físico

Los polvos de magnesio, o polvos de luz como les dicen, son un material que al contacto con una flama o chispa prende instantáneamente, provocando un fuerte destello de luz. Se desconoce de donde proceden.

Provoca ceguera temporal, (Un turno de duración) 7Pr [Solo un uso]


[Dardos paralizantes] Físico
El asesino tiene preparado en su cinturón, una serie de dardos que cuya punta está bañada en una neurotóxica capaz de paralizar las partes del cuerpo en las que son clavadas.

Provoca parálisis parcial, dependiendo de en que partes del cuerpo den. 10 Pr [Solo un uso]

[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]


Descripción:

Un asesino entrenado desde su infancia en el oscuro arte del asesinato, ha aprendido a moverse entre las sombras si llamar la atención, y matar de esa forma a sus enemigos con golpes certeros por la espalda. Este asesino forma parte de un pequeño grupo, algo que se puede apreciar ya que en su brazo, se encuentra una extraña seña, la cual lo identifica como el líder de esta.

Podía notar el fuerte olor a hierro de la sangre a su alrededor, y su respiración acelerada por la acción. Podía ver los destellos de muerte que arrojaban las armas, el dolor que provocaban y la sentencia que significaban. Sabía que el Combate era Muerte, y la Muerte podía ser Principio o Fin. Y aún así, no daba señales de emoción en el combate

Inmediatamente, al notar el contacto de la hoja en su objetivo, y ver como aquel fino polvo salía despedido, saltó hacía atrás, bajando la espada a la izquierda de su cuerpo. El golpe en la mano no había sido suficiente para hacerle parar, y ya se estaba preparando de nuevo para atacarle.

Así, vió como se llevaba la mano al cinturón y volvía a arrojarle algo. Pudo ver como cuatro objetos diminutos salían de su mano, en dirección a él. En el momento en que el hombre comenzaba a levantarle, el vampiro ya se preparaba para apartarse. Así, usó el pie izquierdo como punto de apoyo, tratando de dar un amplio salto hacía la derecha, fuera de la trayectoria. Además, como medida de precaución, cruzó el filo de la espada de forma vertical a su cuerpo, tratando de interceptar algún dardo que no lograra esquivar.

En el momento en que tocó de nuevo el suelo, hizo fluir la magia, un torrente de energía luminosa, hacía su mano, formando de nuevo aquella pequeña llama azul, y arrojándola contra el asesino con la mano derecha [Caos usado] Apuntaba a la parte más amplia del cuerpo humano, el torso, tratando de ralentizarlo o inmovilizarlo para darle más efectividad a su siguiente movimiento. Así, unos momentos después de desprenderse la llama de su mano, puso el arma de forma horizontal a su cuerpo, la punta señalando hacía la izquierda, e inició una carrera que trataba de ser definitiva, siempre sin derramar la sangre del enemigo.

En cuanto estuvo a la altura del asesino, golpeó hacía el estómago, en el movimiento horizontal, izquierda-derecha, más amplio que pudo lograr, usando una mano y la parte roma. Se aprovechó de que este hubiera guardado su daga, dado que así tardaría más en reaccionar.

Eres demasiado piadoso...Acabará por costarte muy caro... -Susurró la Voz...
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Caos: Una pequeña llama de aspecto azulado compuesta por miles de millones de diminutos fragmentos de hielo en constante movimiento.

Efecto: 100 daños + congelación
Gasto: 7 Pm

[Off: Tío, me dan asco tus tiradas >.< En este post te lo has cargado de dos críticos seguidos D: otra creación mía K.O ]

Erik se movió más rápido que su agresor, provocando que los dardos pasaran a poca distancia de suya, algo que no pareció gustar mucho al asesino [Éxito] La reacción del asesino no se hozo esperar, y de otro de sus bolsillos, sacó un extraño frasco transparente, que cuyo contenido parecía ser una especia de gas de color lila [Veneno de Tascal] Pero el movimiento del vampiro fue más rápido, lanzando nada más tocar el suelo, otra de sus lenguas azuladas. Esta, impactó de lleno en su pecho, congelándoselo e impidiéndole la respiración momentáneamente, además, de que el poder de este ataque fue tal, que no pudo evitar mirar hacia el cielo con la boca completamente abierta, daba la sensación de que estuviera gritando, aunque de él no saliera el mas mínimo sonido. [Éxito + Critico: - 180 Pv + congelación del pecho (- 2 acciones generales) Esto, hizo que soltase el frasco, pero antes de que este hubiera llegado a tocar el suelo, La espada de Erik alcanzó al asesino en el estomago con una fuerza atronadora [Éxito + CRITICAZO: - 180 + K.O (Uff… con 60 de fuerza y el golpe que le has propinado ha sido chico…)]

El asesino, impulsado por el golpe, voló unos metros hacia atrás para terminar cayendo de espaldas contra el suelo. Pero entonces, Erik se había quedado quieto donde hacía apenas un segundo estaba el asesino, y justo encima, del bote de veneno, el cual se rompió dejando escapar su gas venenoso. Por suerte, la alta velocidad que le había conferido su conjuro, logró alejarse de la nube de humo antes de poder inhalarla [Éxito]

Ahora el asesino yacía a sus pies inconsciente, con la mirada perdida en los arboles mientras una forzada respiración se hacía patente en el.

[Off: K.O absoluto… le has dado un golpe tan monumental, que me ha dolido hasta a mi >.<]
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[Erik]

Pv: 900/900
Pr: 65/70
Pm: 56/70.

+ 4 a velocidad [Caido]

[Asesino Líder]

0/400 PV Inconsciente

Pecho congelado: -2 acciones generales.


Habilidades:

[Polvos de Luz] Físico

Los polvos de magnesio, o polvos de luz como les dicen, son un material que al contacto con una flama o chispa prende instantáneamente, provocando un fuerte destello de luz. Se desconoce de donde proceden.

Provoca ceguera temporal, (Un turno de duración) 7Pr [Solo un uso]


[Dardos paralizantes] Físico
El asesino tiene preparado en su cinturón, una serie de dardos que cuya punta está bañada en una neurotóxica capaz de paralizar las partes del cuerpo en las que son clavadas.

Provoca parálisis parcial, dependiendo de en que partes del cuerpo den. 10 Pr [Solo un uso]

[Veneno de Tascal] Fisico.

Es un frasco, el cual contiene un veneno concentrado de Tascal en estado gaseoso, pero con las mismas propiedades de este en su estado liquido. Asease, caustico en los ojos y se puede absorber por la piel. Envenenamiento leve y daños variables. [Solo un uso: 5Pr]



[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]
[¿¿¿???] [Se desvelará cuando se ponga en uso]


Descripción:

Un asesino entrenado desde su infancia en el oscuro arte del asesinato, ha aprendido a moverse entre las sombras si llamar la atención, y matar de esa forma a sus enemigos con golpes certeros por la espalda. Este asesino forma parte de un pequeño grupo, algo que se puede apreciar ya que en su brazo, se encuentra una extraña seña, la cual lo identifica como el líder de esta.

[Off: Bueno, aquí termina mi moderación... tus premios son los siguientes:

50 xP

Cualquiera de estos objetos, como si los coges todos:


Ropa del asesino

Daga de acero: Una simple daga de unos 30 cm. hecha en acero normal y corriente.[10 de daño +2 destreza]

Aceite deflagrante: Un frasco de cristal que contiene un líquido anaranjado. Se trata de un aceite especialmente volátil que deflagra al contacto con el oxígeno del aire, es decir, al romperse. (¿Te suena? xD)

Brazal con cuchilla oculta: Un brazalete de acero cubierto de cuero, el cual, contiene un sofisticado mecanismo, el cual cuando se cierra el puño y se estira arriba, esta sale a gran velocidad, obteniendo una longitud de 20 cm. Provoca 10 de daño y tiene facilidades para critico. Si se usa para detener los golpes... hay una gran posibilidad de que se rompa.

(La obtención de este ultimo se verá por el dado, ya que tu personaje no ha visto el brazal... tendría que tener muy buena vista como para percatarse de la cuchilla. Bueno, todo se verá dependiendo de la situación.)

Bueno, estos premios son los que tenia el asesino en sus bolsillos, así que registra bien xD]

Notó como el acero impactaba contra el hombre, con una fuerza nacida más allá de su propio ser, que había nacido desde un lugar más profundo que su propia alma. Había sido una sensación repentina, quizás producida por el deseo de acabar aquello lo más pronto posible. y así lo hizo, pues ese golpe fue el último que necesitó. Por un instante, notó una ligera neblina violácea bajo él, pero en un instante la dejó atrás.

Es el fin... -Escuchó, mientras la neblina sanguinolienta del hechizo de la Voz se disipaba (Caído desactivado) y envainaba el sable.

Una sensación punzante le golpeó el pecho. Por un instante, temió lo peor. Temía haber vuelto a repetir aquello que acaeció hacía ya tres años. Si hubiera golpeado con el filo, no habría habido esperanzas, y así, no estaba muy seguro. Así pues, se acercó donde yacía el hombre y se arrodilló a su lado, colocando los dedos en su cuello. Tenía pulso y respiraba, aunque con esfuerzo.

Respiró aliviado, aunque algo en el fondo de su corazón le decía que debía acabar con él, que le había atacado sin razón alguna. Haciendo uso de su fuerza de voluntad, decidió desarmarlo y tratar de inmovilizarlo.

Primero cogió la daga que había usado, con su funda, y la colocó en su cinturón, en el lado contrario a la vaina de la espada. Era ligera y perfecta para él, y así se aseguraría de que el hombre nunca volvía a usarla contra un inocente. a continuación, rebuscó entre los bolsillos y sacos del cinturón, dando con lo único que había quedado del equipamiento de aquella persona, un líquido anaranjado en una botella de cristal. No estaba muy seguro de que se trataba, así que le echaría un vistazo más tarde.

Torció el gesto...Parecía ir demasiado bien equipado para un simple bandido, y sus ropajes evidenciaban que era alguien acostumbrado a esconderse. Casi parecía realmente un asesino profesional...

Pensó unos momentos y, sabiendose cerca de una población, decidió que lo mejor sería llevarlo allí, donde sabrían que hacer. Así pues, tomó el cinturon del hombre, le dió la vuelta, colocándole las manos a la espalda, y se las ató.

[Si nota el brazal y la cuchilla]

Mientras ataba el cinturon, notó algo extraño en el brazos del hombre. Llevaba un protector de cuero, sin embargo, su interior era particularmente rígido y duro, como si estuviera recubierto de algo. Así pues, lo sacó, terminó de atar al inconsciente propietario, y comenzó examinarlo. Definitivamente, había algo dentro del cuero, tal vez metal. Comenzó a darle vueltas y a repasarlo con las manos para tratar de echarle un mejor vistazo, y al final encontró una pequeña hendidura, diminuta y muy poco llamativa. Tras abrirla un poco, pudo notar algo brillando al fondo... ¿Sería otro de esas herramientas ocultas? Lo guardó para mirarlo mejor más tarde, puesto que quizás fuera algo útil, entre los jirones que habían quedado de su capa, que ahora solo podría aprovechar para llevar algo a modo de saco.

[Independientemente de si recoge el brazal]

Cuando había recogido la capa, momentos antes, ya estaba así, posiblemente una combinación de que ya era frágil y estaba medio, y que se había enganchado con algo que llevara el asesino. Finalmente, decidió recoger también la que llevara antes el hombre, liberando las piedras que llevaba dentro y cubriéndose con ella. Un pago a cambio de haber perdido la suya.

Finalmente, se acercó a él, dispuesto a llevarlo a la ciudad cercana.

Off: Bueno, según mi ultima tirada de dados, consigues el brazal. Diviértete con esa armaletal que llevarás escondida en la muñeca ^^

Durante la travesía, habían permanecido en un profundo silencio, el cual, era roto por el traqueteo de la carreta al pisar alguna raíz sobresaliente, también se podía escuchar unos pequeños sollozos de la niña aunque sin llegar a llorar. El ambiente estaba cargado de pesimismo y tristeza, ninguno de los dos hablaba, ninguno de los dos tenia de que hablar. Fueron duros y largos minutos los que pasaron sentados en aquella carreta, con el olor de la muerte y la sangre rodeándolos todo el trayecto. Entonces, llegaron a un claro, donde Siete, pudo apreciar evidencias de un combate, además, un individuo con la misma capa que llevaban los asesinos, se encontraba en pié observando algo. “Marcus” temiendo que fuese uno del grupo anterior, que se hubiera separado del grupo para vigilar, paró el carromato, para luego volverse hacia la niña. Estaba completamente callada, con los ojos fijos en los cuerpos de su familia, algo que enfureció a Siete, quien pensó que aquel monstruo de delante suya, podía haber matado a otro inocente. – Pequeña… -Dijo casi en un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que ella lo escuchara. – No te muevas de aquí… ahora vuelvo. – La niña asintió con un leve movimiento de su cabeza. La verdad, es que aunque no se lo hubiera dicho, ella hubiera permanecido junto a sus padres.

De un salto, se bajó de la carreta, para luego, acercarse despacio y con prudencia, intentando hacer el mínimo ruido, a la vez que de un rápido movimiento, desenvainaba su “Espada” y la daga del anterior asesino. Una en cada mano, la espada en su mano derecha, y la daga en su mano izquierda, pero con la cuchilla hacia abajo, por si tuviera que apuñalar a aquella persona. Cuando se encontró relativamente cerca, vio que lo que se encontraba a sus pies, era un asesino, como los anteriores a los que había matado, además, a tras fijarse mejor en los ropajes del hombre, se percató de que no iba completamente de negro, sus botas eran marrones, además de que parecían ser bastante pesadas, además, por su altura debía ser un joven, entre 18 y 20 años debería tener. Como no quería crear malentendidos, dejó su postura sigilosa, para ponerse completamente recto, en guardia, pero recto. - ¡¿Quién eres?! – Dijo dando un grito, si recibía respuesta por su parte, dejaría de estar tenso, pues significaría que no era uno de ellos.

Se agachó, para tomar el cuerpo del atacante. Aquella sensación... El tener tan cerca un ser indefenso... La sangre hervía y le llamaba, quería convertirlo de nuevo en una bestia sedienta de sangre, un ser irracional nacido de la muerte y de la decadencia... Un ser que buscaba acabar con todo y todos, que solo buscaba el férreo líquido carmesí, y eso era lo que representaba su odiado compañero, esas ansias de libertad de la bestia.

"Lo necesitas... y lo deseas... Se que en lo más hondo de tu alma lo haces... Lo deseas...y lo necesitas..." -Susurró la Voz, sonando particularmente tentadora. Esta vez le estaba costando más que de costumbre el hacer oídos sordos a ella. Le llamaba, y le estaba costando bastante... Sus ojos cobraron un tono carmesí por un instante, mientras una sombra oscura se removía en las profundidades de su mente, despierta por aquella comida fácil... Pero logró callarla y encadenarla; y los zafiros empañados volvieron a envolver a sus pupilas.

La bestia durmiente, y acallada, dejó sus rugidos a un lado, y eso le permitió prestar atención a una voz que le llamaba desde su espalda. Se giró hacía ella, alertado, para ver a un hombre alto, bastante alto, de pelo corto y oscuro y una constitución que evidenciaba un entrenamiento físico bastante llevado al límite... E iba armado...

¡¿Quién eres?! -Le preguntó. Se notaba una ligera tensión en su cuerpo, o así lo evidenciaba la postura de alerta. Bajo la capa que había "tomado prestada" colocó la mano en la empuñadura del sable. Era algo útil, pues se hacía difícil dilucidar si portaba algún arma o algo encima.

Un simple...vagabundo... -Contestó, con hablar pausado, susurrante y de voz suave. En conversaciones largas, resultaba desesperante, en tal situación, tal vez un poco turbador.

La bruma de la mañana comenzaba a despejarse ¿Lo haría la que rondaba la mente de aquellos dos sujetos?

Un simple...vagabundo... – Miró con los ojos entrecerrados, bajo la capa del hombre, se podía apreciar que sus manos se movían, seguramente, en busca de la empuñadura de alguna arma. Hablaba con voz pausada, casi susurrando, y no aparentaba tener temor alguno, aunque Siete ya tenía una cosa clara, no era uno de ellos.

-Un vagabundo… -Dijo mientras desviaba su mirada al cuerpo del asesino, el cual, pudo apreciar seguía respirando con dificultad, además de que a su alrededor habían muestras de un combate reciente. – ¿Has sido tú quien lo ha dejado en ese estado? – Apuntó con su espada al asesino. Mientras, por su espalda, en la carreta la cabeza de una triste niña asomó al exterior, observaba con pena la situación, mientras que sostenía sus dos dagas pegadas a su pecho, quería saber que ocurría. – Además… ¿Eres amigo, o enemigo? – Dijo mientras apretaba aun mas fuerte las empuñaduras de sus armas, no quería más sorpresas, y si aquel individuo había dejado K.O. a aquel monstruo, seguramente no tuviera nada que ver con lo acontecido con anterioridad.

Un vagabundo… -Escuchó murmurar al hombre, mirando al cuerpo caído... Sí, solo era un vagabundo, y tal vez menos que eso. Los vagabundos tenían un pasado que recordar, o al que aferrarse. Él viajaba buscando un futuro, o el reencuentro del tiempo que le había visto antiguamente. Pero no lo encontraba, y los únicos nombres que recordaba estaban vacíos de significado... Erik... ¿Quién era? Matthew ¿Quién era? Los conocía, sabía que él era el primero, pero no sabía nada más...

¿Has sido tú quien lo ha dejado en ese estado? -Preguntó el hombre, señalando a su atacante. La incomodidad se hizo patente en su rostro, y quizás el remordimiento- Así es... Fuí... atacado mientras... -Hizo una pausa algo más larga de lo normal- ...Mientras descansaba... -Había tenido que recurrir a la fuerza,y si no lo hubiera hecho, ahora mismo él sería el caído, pero no respiraría... Realmente no le gustaba tener que combatir si podía evitarlo...

Le pareció ver algo tras el hombre, pero no llegó a distinguirlo, pues este reclamó de nuevo su atención -Además… ¿Eres amigo, o enemigo?- El vampiro pensó por un instante, para luego contestar. El hombre debía de estar empezando a notar su peculiar modo de habla - No soy nada... Como dije... Solo soy un viajero... Sin embargo... Puedes considerarme amigo... si es así como consideras... a los que no te desean ningún mal...

La incomodidad se hizo patente de nuevo en su rostro. No sabía bien como reaccionar en tal situación. Un desconocido estaba interrogándole, armado, momentos después de ser atacado por un hombre misterioso. Ese día tampoco parecía que fuera a averiguar nada, pero sin duda, no era igual a los anteriores. Dirigió una nueva mirada al hombre inconsciente, moviendo la cabeza con lentitud, para luego formular una pregunta fruto de la duda- Por tu actitud... ¿Puedo preguntarte... si eres compañero de... este hombre?

No estaba seguro. La verdad es que no seguía el mismo modus operandi de atacar por la espalda, y ni sus ropajes ni su constitución eran similares, sin embargo, iba cargado de armas y parecía alterado por el suceso. Aunque cualquiera lo estaría, posiblemente. Y pese a todo, no era temor lo que sentía él mismo al encontrarse en tal situación. Una llama interna lo empujaba a mantenerse alerta, a mirar tranquilo, pese a las armas y el claro comportamiento hostil. Era un sentimiento interior de paz, como si hubiera estado acostumbrado a las actitudes hostiles. No estaba muy seguro de donde procedía, pero siempre era igual...

Yo lo sé todo sobre tí -Susurró la Voz en su mente, apagándose rapidamente. Se lo había dicho muchas veces, pero no sucumbiría a la tentación.

Soy lo oculto en tu alma, el lado en tinieblas de tu ser, pero conozco la luz de la verdad

Así es... Fuí... atacado mientras... –El chico hizo una pausa, ¿Había sido atacado? Eso quería decir que no formaba parte del grupo de aquellos hombres, sino una víctima más, aunque vista la situación, había terminado por volverse contra ellos. - ...Mientras descansaba... – Marcus, relajó un poco los músculos, a la espera de que el joven terminase de hablar, y con ello, volver a enfundar sus armas.

En cuanto a la pregunta de si era amigo o un enemigo, su respuesta confundió bastante a Siete, aunque la tomó por válida, pues al final de esta llegaba a responder a sus dudas, de si les atacaría o no.-No soy nada... Como dije... Solo soy un viajero... Sin embargo... Puedes considerarme amigo... si es así como consideras... a los que no te desean ningún mal... – Tras esas palabras, “Marcus” enfundo sus armas, aunque no redujo la guardia, por si las palabras del chico estuvieran cargadas de mentiras.

- Por tu actitud... ¿Puedo preguntarte... si eres compañero de... este hombre? – Siete negó con la cabeza, mientras que dirigía una fría mirada aquel demonio de negro.

-No, no lo conozco… pero… si a sus compañeros. –Señaló al carromato mientras hacia una mueca de desprecio, pero esta vez, a la parte más cercana del asiento del conductor, donde unos bultos negros se entreveían tras la madera..- Esos bastardos… han matado a los padres de esa pobre niña. –Dijo mientras señalaba a la cría, la cual no apartaba la mirada del desconocido. Sus palabras estaban llenas de odio, y su mirada denotaba una fuerte ira contenida. – Y si… ese maldito sigue vivo… quiero que me lo entregues, para yo poder presentarlo ante mis superiores, en la ciudad de Leira, para que lo interroguen. – La verdad, es que en aquellas palabras le pareció haber sido un poco brusco, pero si ese malnacido sabía algo, debía llevárselo con él. El anterior estaba claro que no hubiera resistido el viaje, por lo que el tener a un preso sano, le sería de gran utilidad. – Además… si quieres puedo llevarte con migo, seguro sabrán recompensar tus esfuerzos por la captura de ese maldito. – Dijo para acabar. Esperaba que el chico aceptase, por lo menos el que se pudiera llevar al asesino, ya que no quería verse obligado a arrebatárselo por la fuerza.

Las armas del hombre que le había salido al paso, volvieron a su funda. Igualmente, él solto su sable. Aparentemente, no había peligro, al menos aparentemente, pero el sentimiento que le invadía no desapareció. La magia seguía fluyendo a sus manos, por si se veía en necesidad de defenderse con velocidad.

La pregunta sobre su camaradería tuvo una reacción inesperada. No notó rabia en sus palabras, ni nada similar, pero aquella mirada parecía especialmente cargada de odio. Un momento después, escuchó la posible razón de ello. La muerte había atacado a unas personas y, aunque no pudo confirmarlo, aquello que acababa de vislumbrar cuando el hombre señaló al carro, le daba una idea de lo ocurrido... Una idea bastante perturbadora...

-Y si… ese maldito sigue vivo… quiero que me lo entregues, para yo poder presentarlo ante mis superiores, en la ciudad de Leira, para que lo interroguen -Dijo ahora el hombre, recibiendo inmediata respuesta del vampiro- No he... segado... su vida, y mi objeto... era llevarlo a la ciudad -Dirigió una mirada al hombre inconsciente, atrapado con sus propios ropajes. Posiblemente le hubiera roto algún hueso, pero no había acabado con él... Sin embargo...

Te acompañaré, pero... quiero asegurarme de que... no le dais muerte... -Aquello podría resultar algo extraño de oir, teniendo en cuenta que era él el que acababa de ser atacado, pero si moría, él sería el artífice último del suceso, y eso era algo que no podía permitir. Más muertes no podían pesar sobre su conciencia- Una muerte... solo trae... más muertes. Es un ciclo... que se repite, y la experiencia... me lo demostró...

El viaje había sido didáctico en cuanto a esto. Había visto mucho, gente muriendo, gente luchando, gente atacándole... Y siempre había visto la misma conclusión. Una muerte, solo traía consigo el que otros se vieran damnificados, y en la mayoría de los casos, el odio y la venganza... No, sus manos no podían volver a tomar la vida de alguien nunca más. Aunque le fuera la vida en ello, debía evitar que la llama de la vida dejara de arder en alguien por el filo de la espada.

"Y eso será tu muerte"

- No he... segado... su vida, y mi objeto... era llevarlo a la ciudad – Bueno, era un buen comienzo, ambos tenían intención de entregarlo en la ciudad, algo que a Siete alegró oír. Si pretenda entregarlo, entonces su obligación era servirle de protección hasta que llegaran a Leira, por lo menos si el decidía acompañarles.

Te acompañaré, pero... quiero asegurarme de que... no le dais muerte... –Esto extraño a “Marcus” ¿No darle muerte? En aquel momento no comprendía que quería decir. Lo necesitaba vivo, eso estaba claro, pero puede que se refiriera a cuando terminaran de interrogarlo, aunque eso ya no estaba en su poder. - Una muerte... solo trae... más muertes. Es un ciclo... que se repite, y la experiencia... me lo demostró... – ¿Acaso había tenido más encuentros cercanos a la muerte? Esto inquietó a Siete, alguien que dijera esas palabras debía haber sufrido mucho por ello, o tal vez, en su pasado hubiera protagonizado grandes matanzas, y ahora intentase enmendar sus errores. Siete, al no conocer a aquel individuo, prefirió tomar sus palabras como un gesto bastante sabio, aunque no estaba del todo de acuerdo. – “Matar a alguien a tiempo… puede salvar miles de vidas” – Pensó mientras se acercaba a donde se encontraba el joven.

Entonces, “Marcus” intentando ser cortes, se presentó al viajero, en un intento por reducir la hostilidad cargada en el ambiente. Aunque seguía un poco desconfiado, no se notó en sus palabras, las cuales fluyeron como si de un campesino cualquiera se tratara. - Soy Siete, un nuevo guardia de la ciudad, es bueno saber que aun existen personas que valoran más la vida de los demás, que la suya propia… -Dirigió una mirada odiosa a aquel demonio inconsciente. – Aunque no se lo merezcan… puedo intentar convencerlos de que no lo hagan... proponiéndoles encerrarlo en alguna de nuestras celdas... hasta que se pudra de viejo - Se acercó al hombre inconsciente, para luego arrodillarse ante él, mientras extendía los brazos hacia las muñecas y pies, cerciorándose de que las ataduras estuvieran bien ceñidas. Cuando terminó, se sorprendió de lo bien hechas que estaban. – Un buen trabajo maniatándole… si despierta le costará un buen tiempo librarse de ellas. – Dijo con una pequeña sonrisa. – A ver… lo pondremos con sus amigos, no se merece otra cosa que estar rodeado de muerte… - Agarró al hombre por los brazos, mientras que de un fuerte impulso, lo elevaba para luego, dejarlo en su hombro, con los pies colgando por delante, y el tórax por detrás. –Sígueme, serás mi copiloto… am y una cosa – Dijo mientras se daba media vuelta en dirección al carromato – Intenta no asustar a la niña… lo ha pasado muy mal… - Su voz había pasado de un tono casi amistoso, a uno más sombrío y susurrante, y aunque fuera durante apenas unos segundos, un atisbo de tristeza se hizo patente en su mirada, la cual, clavó por completo en el carromato al que se dirigía, para soltar aquella basura que llevaba sobre uno de sus hombros.

El hombre se presentó. Resultaba ser uno de los propios guardias de la ciudad. Los había visto patrullar alguna vez, manteniendo el orden por aquí y por allá, e incluso lo habían llegado a parar. El vagabundo llamaba la atención con su capa ajada en medio de tanta gente, aunque quizás la nueva lo ayudara a pasar desapercibido. El vampiro correspondió a la presentación. Al menos tenía nombre para ello.

Yo soy Erik... Vivo viajando... -Eso ya había quedado claro, aunque tal vez el hombre se preguntara las motivaciones de alguien para viajar de un lugar a otro. Y en ese caso, era curioso, pues la falta de motivo para el viaje era su principal motivo.

Hubo una reacción algo inesperada cuando hizo su petición. Se había imaginado que el atacante podría ser encerrado, pero lo que no entraba dentro de la respuesta esperada, era el odio que teñía la voz del hombre. Sabía que esas personas habían atacado y acabado con la vida de alguien, y que posiblemente ese fuera su trabajo, pero aún así, era bastante llamativa toda la ira que teñía su voz.

Entiendo... -Le contestó unicamente.

El comentario sobre las ataduras redujo un poco la tensión en el ambiente, y sin embargo, lo siguiente que dijo casi pudo entrar en la categoría de humor negro... y confirmaba algo... Así que aquello que había distinguido en la carreta si se trataba de...

Finalmente, le siguió, cuando este se lo dijo hacía el asiento del carro. El hedor de la muerte le asaltó de inmediato, y su mente comenzó a nublarse. Resultaba bastante insoportable el aguantar tal situación, y por un leve momento, notó como su ser le llamaba a la sangre... Pero se controló de nuevo... Lo había hecho tantas veces que ya era natural... Sabía que no iba a dejarse llevar, aunque ya prestaba más atención a prevenir cualquier cosa que a atender a su alrededor...

Permaneció callado, pero su interior se removía. La Voz estaba colérica:

¡Déjame! ¡Se que tu también lo deseas!

El vampiro se removió en el asiento, aunque apenas aparentaba ninguna molestia de ese tipo. La bruma de su mente, mantenía encerrada a la bestia sedienta...

¿A que distancia... está la ciudad...? -Preguntó cuando su improvisado compañero tomó asiento.

Tras soltar el cuerpo dentro del carromato, sobre los cadáveres de los otros asesinos, desvió su mirada hacia la niña, la cual parecía volver a su anterior estado luto, en el cual, no separaba la vista de los muertos. – Siento la tardanza… - Dijo casi en un susurro – No te preocupes… cuando lleguemos a la ciudad… las cosas mejorarán un poco… - Su voz sonaba tranquilizadora, no parecía ser la misma que momentos antes, hablaba sobre aquellos a los que había dado muerte hoy.

La pequeña asintió levemente, no parecía darle importancia a sus palabras, algo que Siete, no pudo recriminar. Tras esto, se montó en el carro, el vagabundo ya se había acomodado a su lado, no aparentaba estar muy incomodo, pero por alguna razón, parecía intuirse que ese era el último lugar en el que le gustaría estar. - ¿A qué distancia... está la ciudad...?- Le preguntó, a lo que “Marcus” calculó entre cinco y diez minutos de viaje, ya que no se encontraban a mucha distancia, prácticamente estaban al lado

-Dudo que tardemos mas… bueno, solo si no encontramos nada que nos entorpezca el camino… - Dijo mientras agarraba firmemente las riendas de las bestias. – Bueno… en marcha… - De un rápido movimiento de las riendas, hizo que las bestias se pusieran en marcha, rumbo a Leira, donde les esperaría un largo día por delante.

Off: Fin del tema, pasamos a la city.