Silencio...

El batir de sus alas llegó con un profundo sonido que inundaba aquel lugar con el susurro del suave viento que hacia mecer algunas cortinas roidas por el paso inexorable del tiempo; todo estaba mal cuidado, lleno de polvo, amarillento y corroido, un olor a antiguo llegaba abundantemente a su nariz, dándole una idea de las décadas que tendría dicha construcción.

Las paredes, adornadas con cuadros que seguramente serían de personas ya fallecidas, le daban una sensación extrañamente familiar, lo cuál no le gustaba mucho, pero su camino debía proseguir, si o si, no podía rendirse aún.

Se posó sobre una gran bandera, adornada con lo que sería el escudo de los antiguos moradores de la casa, a unos 6 metros del suelo, ya que el techo estaba derrumbado, se podía observar el cielo inundado por miles de estrellas que eran guías de su destino.

Descansaré por aquí, he recorrido un gran camino.

Dijo la joven con su habitual timbre de voz, tan relajado, tranquilo y sereno como de costumbre.

La fina figura de la hermosa muchacha aún sin ocultar sus alas oscuras recordaban a algún tipo de estatua de alguna deidad, su rostro tan pálido como el de un cisne y su pelo brillaban bañados por la luz de la luna, que esa noche, estaba llena.

La tenue luz de la luna llena inundaba aquel apenado barrio, tan solo se escuchaban sonidos producidos por animales nocturnos que irrumpían en aquel silencio. Thánatos ya débil transitaba aquellas calles vacías de vida, buscando el mas leve indicio de esta para alimentarse, su vista se nublaba poco a poco y sus piernas se cada vez se adormecían más..

He de encontrar algo..lo que sea..cualquier cosa con la que poder alimentarme..

Thánatos no podía proseguir en su busca de alimento, sus ojos apagados se cerraban lentamente, sentado en un rincón de una de las casas en ruinas un sonido hizo que sus ojos se volvieran a abrir, el sonido era muy leve, venia de una de aquellas calles, se levanto y corrió como pudo guiado por ese sonido, el sonido se hacia mas y mas fuerte, era el relinchar de un caballo que en una cuadra se hallaba, Thánatos sin dudarlo se acerco a él y practicándole una leve herida en un muslo se alimento, sus ojos recuperaron ese rojo intenso a sangre y su cuerpo se encontraba lo suficientemente fuerte como para seguir.

En el silencio de la noche, sin saber cómo, descubrió que no estaba sola y que algo la atraía irremediablemente hacia fuera de la casa.
Era el sonido de un animal, el cual, no parecía estar solo.
La luz lunar, que entreabría la oscuridad, parecía no más que un simple adorno para las calles.

Hm... -

El batir de sus alas, una vez más fue escuchado, tenuemente.
En el cielo estrellado, se colocó frente a la luna, pareciendo asi rememorar a el ángel que una vez fue.
Buscando, sin saber por qué, el sonido de aquel animal.
Al poco tiempo, cansada de buscar sin obtener respuesta, volvió a bajar al suelo, guardando sus alas ya cansadas. Se dirijió hacia la esquina de la calle, sombría y empobrecida, la luna no llegaba a aquel lugar, y una vez allí, entró de nuevo a aquella casa.

Esta no es la misma sala... - añadía la joven observando todo lo de su alrededor.

Una triste melodía surcaba su memoria, lo que hizo que empezara a abrir sus ojos mas y más, hasta que de pronto...

No! no quiero volver atrás! - gritó.

Después de eso echó a caminar, hasta una pequeña cama, la cual casi ya no podía llamarse así, y ahí, se sentó, con la mirada perdida, una vez más...

Tras alimentarse con la sangre de aquel caballo se encontraba mucho mejor, Thánatos se relamió muy lentamente la sangre que tenia en sus labios llevándosela a la boca con su lengua, tras limpiarse la cara de cualquier resto de sangre, buscó cualquier vendaje que poder aplicarle a aquel animal y con sumo cuidado le ato aquel trapo en el muslo de aquel caballo y salio de aquella cuadra.

Ahora estoy mucho mejor..

Thánatos suspiro aliviado por aquel mal trago que había pasado hace rato, la ciudad estaba vacía, la tenia para el solo.. como de costumbre, con gran destreza y velocidad se subió al tejado de una alta casa y se tumbo contemplando aquel cielo estrellado…

El sentimiendo soporífero acudía a ella como el aroma a viejo del aire, estaba cansada, pero no exhausta, aun así encontró la paz en un sueño o una bella pesadilla.

La mente de Lucía zozobraba como un barco en una tormenta, la confusión ascendía de los mismos infiernos para perturbar su mente.
Sonidos, quejidos, llantos, gritos en la oscuridad, figuras que jamás ven la luz...
Su hermana... muerta en vida... o mas bien... vacía por siempre jamás.

Cada vez se encerraba más en su propio corazón, montando un armazón a su alrededor.
No podía evitarlo ya que, en cierto modo, su hermana era parte de ella.
Al despertarse, veía ya el alba de la mañana, se levantó sin dubitaciones, como si sus movimientos estubieran totalmente calculados.

Tomo rumbo fuera de la casa, la gente ya estaba empezando a salir, hacia el mercado, a las afueras, y demás.

Ella no pasaba desapercibido ya que su belleza era distintiba de las demás jóvenes del lugar pero eso no le gustaba.

Caminando hacia las afueras, una vez más, no sabía que rumbo tomar, la bruma de sus pensamientos era incesante y caótica, lo que hacía que fuera aún mas tranquila y serena exteriormente.

Thánatos no pudo evitar dormirse en esa inmensa calma, en su cabeza siempre merodeaban las mismas preguntas,¿Quién soy?,¿De donde vengo?, de madrugada el cálido sol acariciaba su cara, esto hizo que se despertara pues odiaba el sol y el calor..

Maldita sea, anoche debí dormirme

Tras desperezarse salto de aquel tejado con una gran agilidad, una vez con los pies en la tierra se coloco su capucha y comenzó a caminar por la ciudad, intrigado pasó por el camino donde se hallaba la cuadra y mirando de reojo comprobó que aquel caballo estaba bien, ahora se dirigía al orfanato donde el se crió, el cual ya estaba en ruinas..

El brillo carmesí del día ya reinaba sobre el lugar, las personas fluían cual río; debía irse de allí, encontrar lo deseado...

Sigue andando... - se decía a si misma mientras caminaba sin ganas, intentaba ocultarlo, pero estaba tan cansada de siempre lo mismo...

Quería alzar una vez más el vuelo y dejar a todos atrás y volar sola, aunque siempre le perseguirían sus pensamientos, ella vivía en una cordura inestable, toda existencia es relativa, nadie vive eternamente, puede que mucho tiempo si, pero no para siempre.

Planteandose si debería vivir su propia vida, planteandose si deberia dejar lo que le queda por vivir libre de sus pensamientos.

Continua con vida, sigue adelante, no puedes rendirte tan facilmente, esas palabras se repetían una y otra vez en su mente, como un ciclo sin fin.

De repente, pensando en su hermana, una duda asaltó su persona.
¿De dónde vengo? ¿Quién fue mi padre? ¿En realidad tendría que sacrificarme por los demás?

Esos preguntas no ivan a traer consigo una respuesta obvia...

Tras caminar entre todo ese gentío y forzarse para no matar a mas de uno llego a el orfanato donde el creció, no sabia exactamente para que volver a ese lugar si estaba en ruinas y ninguna alma se atrevía a entrar allí, abrió aquella puerta que chirriaba por el paso de los años, aquel lugar estaba lleno de telarañas y roedores, el polvo cubría toda la estancia y los viejos juguetes de los niños yacían en el suelo, aquella vista era algo siniestra.

Tras echar un vistazo a todo aquel lugar se digirió a las escaleras que llevaban al segundo piso, las habitaciones, la escalera crujía con cada paso que daba, parecía como si se fuera a caer en cualquier instante, llegó al segundo piso, lo primero que vio fue el largo pasillo por el cual se repartían las habitaciones, al final de aquel largo pasillo se encontraba una puerta y tras esta el tercer piso..

Recuerdo que el tercer piso nos estaba prohibido..

Thánatos pensó que solo seria un trastero como era de costumbre en todas las casas, así que ignoro su curiosidad y se dirigió a la sala en la cual compartía habitación, al abrir la puerta lo primero que vio fue la gran ventana que no dejaba pasar bien la luz por la suciedad que esta tenía encima, a pesar de los años pasados no le fue difícil encontrar su cama pues en esta estaba grabada su nombre sobre la vieja madera..

Volviendo un poco a la "realidad" ya conseguía ver las puertas de la entrada/salida de Iverand, las enormes puertas...

Ya casi estoy... la joven se apresuraba un poco para llegar a la salida sin ningún incidente pues tenía la terrible sensación de que algo iva a suceder...

Las personas pasaban, algunas que la rozaban tenían el tacto tan frío como la propia ventisca que atravesó aquella vez en el árbol sombrío.
Las diferentes razas que había en auntermian, definitivamente a ella no le suponía ninguna duda, la duda es, por qué jamás ha visto a ningún angél como ella, un ángel oscuro... ¿es que los demás no se habían atrevido a hacer lo mismo que ella?... sabia que no...

Comencé a tener sed de nuevo, no había desayunado y la cena no fue muy digna..Thánatos se coloco su capucha, se dirigió a la ventana que tenia la habitación la cual abrió y se dejo caer por ella cayendo de pie sin sufrir ninguna rasguño, suspiró y en voz muy baja se dijo a si mismo

De nuevo a la faena Thánatos..

Con una leve brisa desaparecía a una gran velocidad, se encontraba saltando sobre los tejados, el color rojo intenso de sus ojos indicaban que estaba muy motivado, estaba decidido a que hoy probaría un bocado digno, tenia las fuerzas suficientes para batallar por la comida…

Cada paso que daba estaba mas cerca de salir de allí.
Era extraño como algo tan normal como salir de una ciudad o recinto le fuera tan deseado, no le gustaba ese lugar, e iva salir de alli como fuera.

Deberia ser irritanto que la gente no parara de chocar contigo por su cantidad, pero a Lucía no le importaba, ella estaba absorta en sus pensamientos, como de costumbre...

Al atravesar las enormes puertas, de nuevo ese frío, que le hizo pensarse mejor el irse de allí con tan pocas probisiones, así que ya una vez fuera abrió sus alas y se dirijió al mercado, rápida y veloz, aprovechando las corrientes de aire.

Tras un tiempo saltando en los tejados Thánatos divise a lo lejos una pequeña tienda con poca clientela, una buena oportunidad, un lugar cerrado sin mucha gente, se apresuro hasta llegar a la puerta de aquella tienda, al abrir la puerta su rostro cambio totalmente, sus ojos apenas eran rojos, su cara mostraba una expresión alegre y inocentes...al otro lado de la sala se encontraba la dependienta de esa tienda…

¡Buenos días!

Dijo Thánatos con una expresión muy alegre mientras se acercaba al mostrador lentamente, la señora amablemente respondió a su saludo sin sospechar nada, una vez que Thánatos estaba frente al mostrador la dependienta pregunto que en que podía ayudarle, en ese instante la actitud de Thánatos cambio, sus intensos ojos rojos, sus colmillos y fría expresión hicieron que la dependienta comenzara a caminar para atrás..

Veras…señora…busco comida

Thánatos no mostraba el mas mínimo cambio en su expresión, al decir eso la dependienta echo a correr por un pasillo que estaba detrás del mostrador, Thánatos como si fuera una flecha, salto sobre la espalda de aquella mujer dándole un brutal mordisco en el cuello, aquella mujer intentaba liberarse, pero sus esfuerzos eran inútiles, pronto perdería el conocimiento por la perdida de sangre, Thánatos tras acabar de comer se relamió los labios llevándose cualquier resto de sangre a la boca y como si allí no hubiera pasado nada cogió un libro de unos de los múltiples estantes de la tienda y salio por la puerta con la capucha puesta…

Este libro me ayudara a matar el tiempo..espero..

Tras eso de dirigió al bosque helado de Deferentong